/ lunes 24 de junio de 2024

¡Ay Nanita! El table dance que tenía más de mil clientes en una noche

¡Ay Nanita! La historia del table dance más famoso de La Laguna

Torreón, Coahuila. – Lo que inició como bar de rock y mesas de billar, después se convirtió en cantina y terminó siendo uno de los table dance más famosos en toda la historia de la Comarca Lagunera, y el dueño, Jorge Lorenzo Ramírez Amezaga, a 13 años de cerrar, recuerda qué era y qué sucedió en el ¡Ay Nanita!

Originario de la Ciudad de México, llegó a Torreón y primero abrió el Tarek Pool en el edificio que aún está en el Diagonal Reforma y calle 20, contra esquina del Mercado de Abastos de La Laguna.

Primero era un bar rockero, el cual se inauguró en 1997, casi una semana después del 12 de diciembre que nevó en Torreón. Duró cinco años y en el 2003 cerró sus puertas, pues ya no dejaba ingresos para pagar a proveedores y sueldos”.

Tras el quiebre de su primer negocio, se subió a la azotea y empezó a planear cómo cambiar de giro por algo que sí generara dinero, pues necesitaba mantener a su familia.

CANTINA ¡AY NANITA!

“Ahí en la azotea surgió la idea del ¡Ay Nanita!, sentí que Dios mi iluminó para crearlo, pero nunca me imaginé que fuera a convertirse en un table tan exitoso. Mi primera idea fue seguir con el bar, pero tipo cantina, con meseras que bailaran con clientes, con música norteña y banda”.

El nombre se le ocurrió como una simple expresión y así nació la cantina ¡Ay Nanita!, la cual terminó como table dance gracias a Diana, una de sus meseras.

Foto: Roberto Rodríguez Hernández / El Sol de La Laguna

“Recuerdo que fue un viernes a mediados del 2003, ya con el calor de las copas, Diana se subió a una de las mesas de billar y dio variedad (bailó desnuda). No estaba planeado para nada, se le ocurrió y así surgió el table dance”.

A los asistentes les gustó tanto dicho “espectáculo” que corrieron la voz y al día siguiente el lugar ya tenía el triple de clientes.

DIANA BAILÓ Y AHÍ SURGIÓ TODO

De esa manera cambió a table dance, pues la bailarina se ganó la preferencia del público que cada vez iba más a consumir.

“Ahí surgió todo, gustó mucho Diana y luego ella llevó a su hermana, después llegaron otras muchachas, inclusive de otras ciudades”.

Jorge Lorenzo Ramírez Amezaga, dueño del ¡Ay Nanita! / Foto: Roberto Rodríguez Hernández / El Sol de La Laguna

El dinero ya iba dejando para acondicionar el lugar con una pasarela, dos tubos, camerinos, DJ, animador, sistema de audio, más mesas y sillas, luces y hasta regaderas.

“En las regaderas, que estaban en la pista, las muchachas daban variedad (bailaban desnudas) y eso gustaba mucho a los clientes”.

NOVIAS CUMPLÍAN FANTASÍAS A LAGUNEROS

Muchos de los clientes llevaban a sus novias o esposas para que les bailaran en el ¡Ay Nanita¡, ya que era una fantasía que les concedían cuando cumplían años.

Se subían las parejas, que no trabajaban conmigo y les bailaban a sus novios o esposos. Eso emocionaba a los demás, pues sabían que eran señoritas que no se dedicaban a eso, pero cumplían las fantasías de sus parejas de verlas bailar en el escenario del ¡Ay Nanita!, lo que lógicamente todos los demás disfrutaban”.

“Llegó a pasar mucho, incluso entre todos les cantaban Las Mañanitas”.

HASTA MIL 300 CLIENTES EN UNA SOLA NOCHE

Se abría de lunes a sábado y el cover inicial fue de 40 pesos, que después subió a 60.

Una ocasión, de acuerdo a los tickets de entrada vendidos en la noche y madrugada, hubo más de mil 300 personas, por lo que se tuvieron que usar el segundo y tercer piso del edificio.

Foto: Roberto Rodríguez Hernández / El Sol de La Laguna

“Y se daba variedad al mismo tiempo en ambos pisos”.

El precio de la tina con 5 cervezas era de 250 pesos y el privado 150 pesos, que incluía un baile por el tiempo que durara una canción.

“Tocamientos y besos ya dependían de las bailarinas, ellas decían sí o no, yo nunca les puse ninguna restricción”.

30 BAILARINAS

Además de las bailarinas locales, llegaron a presentarse mujeres de Ciudad Juárez, Aguascalientes, Zacatecas y Mazatlán.

Nunca se llegó a contratar a extranjeras, ya que estaba prohibido por el Instituto Nacional de Migración (INM).

Foto: Roberto Rodríguez Hernández / El Sol de La Laguna

Las más chicas tenían 18 años de edad y la más grande 35.

“Tenía un promedio de 30 muchachas trabajando, todas con permiso de control sanitario y su credencial del INE”.

“Cuando estaban en la pasarela les ponían dos canciones, que ellas elegían, algunas llevaban hasta su memoria con la música que les gustaba. En la primera canción bailaban y en la segunda se desvestían”.

SÍ USABAN VELAS PRENDIDAS Y BOTELLAS EN SUS ACTOS

No es un mito, y si fue una realidad que algunas de las trabajadoras, durante sus actos de presentación, prendían velas para introducírselas en la vagina, al igual que los envases de cerveza que luego daban a los hombres para que se las tomaran.

“Sí, definitivamente, si pasaba eso. Cada una de ellas se inventaba su show para ganarse a los clientes y a ellos les gustaba”.

LA GÜERA CHACOS

Diana, la iniciadora de los bailes en el ¡Ay Nanita¡, se volvió popular por utilizar chacos en su vestimenta, con los cuales, luego le pegaba a la tarima y gritaba: “Aplaudan cabrones”.

“Diana fue mi ángel, por ella el lugar, ¡Ay Nanita!, logró posicionarse y durar tanto tiempo. Su vestimenta era tipo policía y usaba esposa o chacos. Por eso le decían así y los clientes pedían a la güera chacos. Su hermana Nancy también estuvo trabajando, ambas muy buenas personas.

BAILARINAS EMBARAZADAS

Completamente cierto que varias de las “muchachas” llegaron a bailar estando embarazadas, pues ellas lo pedían para ganar recursos y pagar sus tratamientos y partos.

“Sí nos criticaron mucho el hecho que estaban casi por aliviarse, pero salubridad les otorgaba el permiso y, obviamente, cuidábamos que no se fueran a lastimar”.

Se ubicada en el Diagonal Reforma y calle 20, contra esquina del Mercado de Abastos de La Laguna. / Foto: Roberto Rodríguez Hernández / El Sol de La Laguna

“Ellas me decían que necesitaban el dinero, al público le gustaban las bailarinas embarazadas y salubridad lo permitía”.

Algunas estuvieron trabajando hasta tres semanas antes de dar a luz.

GANABAN HASTA 7 MIL PESOS EN UNA NOCHE

Con un sueldo base de 250 pesos diarios, lo que les generaba a ellas eran las comisiones por privados, vender las copas de acompañamiento, propinas y otros servicios.

“Hay que se llevaba sus mil pesos diarios y otras hasta siete mil”.

“Algunas de las muchachas más populares eran Rubí, Cristal y Pamela, además de Diana”.

LUCHADORES Y MILITARES ENTRE LA SEGURIDAD

Alrededor de 50 personas, entre bailarinas, meseros, barman, encargados de la seguridad, taquilleros, limpieza y demás, se mantenían del table dance, entre los que figuraban luchadores y militares.

Jorge Ramírez desmintió por completo que tuviera personal con síndrome de Down y enanismo, como se llegó a rumorar.

“Para nada, eso es falso. Lo que sí es cierto eran luchadores y militares entre el equipo de seguridad, porque luego se peleaban los clientes, pero con ellos pudimos controlar esa situación”.

FAMILIAS EMPEZARON EN EL TABLE

En el ¡Ay Nanita!, si aplicó la frase de “te voy a sacar de trabajar”, pues hay clientes que llegaron a casarse con las trabajadoras y que formaron familias con varios hijos.

“Claro que sí y también trabajadores que se casaron con las muchachas. A la fecha, me los topo y me dicen que se conocieron ahí”.

Para Jorge Lorenzo Ramírez Amezaga lo más bonito que le permitió dicho lugar fue conocer a tanta gente y hacer buenas amistades.

El establecimiento llegó a su término en el 2011 por motivos de seguridad.

Un año después, los dos negocios de este tipo que quedaban más ocho salas de masaje y tres casinos fueron cerrados en el marco del Operativo Laguna Segura.

Actualmente los table dance están prohibidos, no sólo en Torreón, sino en todo Coahuila, esto por reformas promovidas y aprobadas por el Congreso del Estado.

Torreón, Coahuila. – Lo que inició como bar de rock y mesas de billar, después se convirtió en cantina y terminó siendo uno de los table dance más famosos en toda la historia de la Comarca Lagunera, y el dueño, Jorge Lorenzo Ramírez Amezaga, a 13 años de cerrar, recuerda qué era y qué sucedió en el ¡Ay Nanita!

Originario de la Ciudad de México, llegó a Torreón y primero abrió el Tarek Pool en el edificio que aún está en el Diagonal Reforma y calle 20, contra esquina del Mercado de Abastos de La Laguna.

Primero era un bar rockero, el cual se inauguró en 1997, casi una semana después del 12 de diciembre que nevó en Torreón. Duró cinco años y en el 2003 cerró sus puertas, pues ya no dejaba ingresos para pagar a proveedores y sueldos”.

Tras el quiebre de su primer negocio, se subió a la azotea y empezó a planear cómo cambiar de giro por algo que sí generara dinero, pues necesitaba mantener a su familia.

CANTINA ¡AY NANITA!

“Ahí en la azotea surgió la idea del ¡Ay Nanita!, sentí que Dios mi iluminó para crearlo, pero nunca me imaginé que fuera a convertirse en un table tan exitoso. Mi primera idea fue seguir con el bar, pero tipo cantina, con meseras que bailaran con clientes, con música norteña y banda”.

El nombre se le ocurrió como una simple expresión y así nació la cantina ¡Ay Nanita!, la cual terminó como table dance gracias a Diana, una de sus meseras.

Foto: Roberto Rodríguez Hernández / El Sol de La Laguna

“Recuerdo que fue un viernes a mediados del 2003, ya con el calor de las copas, Diana se subió a una de las mesas de billar y dio variedad (bailó desnuda). No estaba planeado para nada, se le ocurrió y así surgió el table dance”.

A los asistentes les gustó tanto dicho “espectáculo” que corrieron la voz y al día siguiente el lugar ya tenía el triple de clientes.

DIANA BAILÓ Y AHÍ SURGIÓ TODO

De esa manera cambió a table dance, pues la bailarina se ganó la preferencia del público que cada vez iba más a consumir.

“Ahí surgió todo, gustó mucho Diana y luego ella llevó a su hermana, después llegaron otras muchachas, inclusive de otras ciudades”.

Jorge Lorenzo Ramírez Amezaga, dueño del ¡Ay Nanita! / Foto: Roberto Rodríguez Hernández / El Sol de La Laguna

El dinero ya iba dejando para acondicionar el lugar con una pasarela, dos tubos, camerinos, DJ, animador, sistema de audio, más mesas y sillas, luces y hasta regaderas.

“En las regaderas, que estaban en la pista, las muchachas daban variedad (bailaban desnudas) y eso gustaba mucho a los clientes”.

NOVIAS CUMPLÍAN FANTASÍAS A LAGUNEROS

Muchos de los clientes llevaban a sus novias o esposas para que les bailaran en el ¡Ay Nanita¡, ya que era una fantasía que les concedían cuando cumplían años.

Se subían las parejas, que no trabajaban conmigo y les bailaban a sus novios o esposos. Eso emocionaba a los demás, pues sabían que eran señoritas que no se dedicaban a eso, pero cumplían las fantasías de sus parejas de verlas bailar en el escenario del ¡Ay Nanita!, lo que lógicamente todos los demás disfrutaban”.

“Llegó a pasar mucho, incluso entre todos les cantaban Las Mañanitas”.

HASTA MIL 300 CLIENTES EN UNA SOLA NOCHE

Se abría de lunes a sábado y el cover inicial fue de 40 pesos, que después subió a 60.

Una ocasión, de acuerdo a los tickets de entrada vendidos en la noche y madrugada, hubo más de mil 300 personas, por lo que se tuvieron que usar el segundo y tercer piso del edificio.

Foto: Roberto Rodríguez Hernández / El Sol de La Laguna

“Y se daba variedad al mismo tiempo en ambos pisos”.

El precio de la tina con 5 cervezas era de 250 pesos y el privado 150 pesos, que incluía un baile por el tiempo que durara una canción.

“Tocamientos y besos ya dependían de las bailarinas, ellas decían sí o no, yo nunca les puse ninguna restricción”.

30 BAILARINAS

Además de las bailarinas locales, llegaron a presentarse mujeres de Ciudad Juárez, Aguascalientes, Zacatecas y Mazatlán.

Nunca se llegó a contratar a extranjeras, ya que estaba prohibido por el Instituto Nacional de Migración (INM).

Foto: Roberto Rodríguez Hernández / El Sol de La Laguna

Las más chicas tenían 18 años de edad y la más grande 35.

“Tenía un promedio de 30 muchachas trabajando, todas con permiso de control sanitario y su credencial del INE”.

“Cuando estaban en la pasarela les ponían dos canciones, que ellas elegían, algunas llevaban hasta su memoria con la música que les gustaba. En la primera canción bailaban y en la segunda se desvestían”.

SÍ USABAN VELAS PRENDIDAS Y BOTELLAS EN SUS ACTOS

No es un mito, y si fue una realidad que algunas de las trabajadoras, durante sus actos de presentación, prendían velas para introducírselas en la vagina, al igual que los envases de cerveza que luego daban a los hombres para que se las tomaran.

“Sí, definitivamente, si pasaba eso. Cada una de ellas se inventaba su show para ganarse a los clientes y a ellos les gustaba”.

LA GÜERA CHACOS

Diana, la iniciadora de los bailes en el ¡Ay Nanita¡, se volvió popular por utilizar chacos en su vestimenta, con los cuales, luego le pegaba a la tarima y gritaba: “Aplaudan cabrones”.

“Diana fue mi ángel, por ella el lugar, ¡Ay Nanita!, logró posicionarse y durar tanto tiempo. Su vestimenta era tipo policía y usaba esposa o chacos. Por eso le decían así y los clientes pedían a la güera chacos. Su hermana Nancy también estuvo trabajando, ambas muy buenas personas.

BAILARINAS EMBARAZADAS

Completamente cierto que varias de las “muchachas” llegaron a bailar estando embarazadas, pues ellas lo pedían para ganar recursos y pagar sus tratamientos y partos.

“Sí nos criticaron mucho el hecho que estaban casi por aliviarse, pero salubridad les otorgaba el permiso y, obviamente, cuidábamos que no se fueran a lastimar”.

Se ubicada en el Diagonal Reforma y calle 20, contra esquina del Mercado de Abastos de La Laguna. / Foto: Roberto Rodríguez Hernández / El Sol de La Laguna

“Ellas me decían que necesitaban el dinero, al público le gustaban las bailarinas embarazadas y salubridad lo permitía”.

Algunas estuvieron trabajando hasta tres semanas antes de dar a luz.

GANABAN HASTA 7 MIL PESOS EN UNA NOCHE

Con un sueldo base de 250 pesos diarios, lo que les generaba a ellas eran las comisiones por privados, vender las copas de acompañamiento, propinas y otros servicios.

“Hay que se llevaba sus mil pesos diarios y otras hasta siete mil”.

“Algunas de las muchachas más populares eran Rubí, Cristal y Pamela, además de Diana”.

LUCHADORES Y MILITARES ENTRE LA SEGURIDAD

Alrededor de 50 personas, entre bailarinas, meseros, barman, encargados de la seguridad, taquilleros, limpieza y demás, se mantenían del table dance, entre los que figuraban luchadores y militares.

Jorge Ramírez desmintió por completo que tuviera personal con síndrome de Down y enanismo, como se llegó a rumorar.

“Para nada, eso es falso. Lo que sí es cierto eran luchadores y militares entre el equipo de seguridad, porque luego se peleaban los clientes, pero con ellos pudimos controlar esa situación”.

FAMILIAS EMPEZARON EN EL TABLE

En el ¡Ay Nanita!, si aplicó la frase de “te voy a sacar de trabajar”, pues hay clientes que llegaron a casarse con las trabajadoras y que formaron familias con varios hijos.

“Claro que sí y también trabajadores que se casaron con las muchachas. A la fecha, me los topo y me dicen que se conocieron ahí”.

Para Jorge Lorenzo Ramírez Amezaga lo más bonito que le permitió dicho lugar fue conocer a tanta gente y hacer buenas amistades.

El establecimiento llegó a su término en el 2011 por motivos de seguridad.

Un año después, los dos negocios de este tipo que quedaban más ocho salas de masaje y tres casinos fueron cerrados en el marco del Operativo Laguna Segura.

Actualmente los table dance están prohibidos, no sólo en Torreón, sino en todo Coahuila, esto por reformas promovidas y aprobadas por el Congreso del Estado.

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