/ martes 13 de agosto de 2024

Creatividad (Parte I)

La evolución de los seres humanos ha actuado favorablemente de la misma manera que la inteligencia, a tal grado que llegó a confundirse. En la actualidad se asegura que la creatividad e inteligencia tienen una estrecha relación, pero son dos dimensiones diferentes del mismo psíquico; es decir, no siempre son más inteligentes las personas con alto nivel creativo, ni son más creativas las que tienen un alto coeficiente intelectual.

Gran parte de la confusión de lo que es la creatividad se debe al hecho de que a través de los siglos se ha protegido con un halo místico religioso. Por ello, hasta el siglo XIX su análisis no se ha abordado científicamente.

Durante el periodo precientífico la creatividad pasó inadvertida, sin destacar por casi mil años de parte de la cultura occidental, en donde la creatividad no fue tomada en cuenta ni valorada como tal. Algo semejante sucedió en el periodo griego, los términos “crear y creador” no se vincularon con nada ni nadie.

En la época romana no se dieron grandes cambios en el pensamiento sobre la creatividad, aquí nace la idea de buscar la verdad a través de la imaginación e inspiración, las cuales fueron tomadas como un don divino. La creatividad no fue tomada en cuenta ni valorada en este periodo.

La creatividad en la antigüedad trató de explicarse a través de la divinidad, al entender que era una suerte de iluminación sobrenatural o un capricho de los dioses. La persona creativa era vista como un recipiente vacío que un ser divino llenaba con la inspiración necesaria para crear ideas o productos.

Para Platón la creatividad era un don alcanzable por muy pocos elegios. Por su parte, en el renacimiento, el hombre descubre su capacidad y su libertad para elaborar cosas nuevas, pero no se usa la palabra “creador”, sin embargo, la palabra creatividad comienza a surgir con mayor fuerza instaurándose en un principio como la capacidad del hombre para fabricar cosas nuevas, donde la novedad fue tomada en cuenta como el resultado de la expresión espontánea subjetiva y autónoma del artista. Estos elementos fueron los que finalmente precisaron el significado de la creatividad.

En la actualidad, de acuerdo con la opinión de la Dra. Nayeli Díaz Castillo, la creatividad debe de utilizarse diariamente en el ámbito educativo, motivar a los estudiantes a imaginar e innovar es fundamental para poder desarrollar personas acordes a las necesidades sociales del siglo XXI, capaces de solucionar problemáticas de manera eficiente y eficaz. Afortunadamente hemos dejado atrás el periodo místico donde la creatividad se veía como un don especial y se ha avanzado pedagógicamente para que los alumnos generen cosas nuevas a partir de sus conocimientos previos, de la investigación, de la lectura y de su relación con otros.

Si algo no debemos de dejar en el olvido mientras crecemos es la creatividad; los niños tienen una capacidad enorme de crear e imaginar, conforme se van desarrollando se pierde esa habilidad por ser más lógicos, sin embargo, la creatividad es un factor que marca la diferencia a la hora de actuar, por lo que, entre más creativos seamos, mayores opciones tendremos para afrontar las situaciones que se nos pongan enfrente.

La evolución de los seres humanos ha actuado favorablemente de la misma manera que la inteligencia, a tal grado que llegó a confundirse. En la actualidad se asegura que la creatividad e inteligencia tienen una estrecha relación, pero son dos dimensiones diferentes del mismo psíquico; es decir, no siempre son más inteligentes las personas con alto nivel creativo, ni son más creativas las que tienen un alto coeficiente intelectual.

Gran parte de la confusión de lo que es la creatividad se debe al hecho de que a través de los siglos se ha protegido con un halo místico religioso. Por ello, hasta el siglo XIX su análisis no se ha abordado científicamente.

Durante el periodo precientífico la creatividad pasó inadvertida, sin destacar por casi mil años de parte de la cultura occidental, en donde la creatividad no fue tomada en cuenta ni valorada como tal. Algo semejante sucedió en el periodo griego, los términos “crear y creador” no se vincularon con nada ni nadie.

En la época romana no se dieron grandes cambios en el pensamiento sobre la creatividad, aquí nace la idea de buscar la verdad a través de la imaginación e inspiración, las cuales fueron tomadas como un don divino. La creatividad no fue tomada en cuenta ni valorada en este periodo.

La creatividad en la antigüedad trató de explicarse a través de la divinidad, al entender que era una suerte de iluminación sobrenatural o un capricho de los dioses. La persona creativa era vista como un recipiente vacío que un ser divino llenaba con la inspiración necesaria para crear ideas o productos.

Para Platón la creatividad era un don alcanzable por muy pocos elegios. Por su parte, en el renacimiento, el hombre descubre su capacidad y su libertad para elaborar cosas nuevas, pero no se usa la palabra “creador”, sin embargo, la palabra creatividad comienza a surgir con mayor fuerza instaurándose en un principio como la capacidad del hombre para fabricar cosas nuevas, donde la novedad fue tomada en cuenta como el resultado de la expresión espontánea subjetiva y autónoma del artista. Estos elementos fueron los que finalmente precisaron el significado de la creatividad.

En la actualidad, de acuerdo con la opinión de la Dra. Nayeli Díaz Castillo, la creatividad debe de utilizarse diariamente en el ámbito educativo, motivar a los estudiantes a imaginar e innovar es fundamental para poder desarrollar personas acordes a las necesidades sociales del siglo XXI, capaces de solucionar problemáticas de manera eficiente y eficaz. Afortunadamente hemos dejado atrás el periodo místico donde la creatividad se veía como un don especial y se ha avanzado pedagógicamente para que los alumnos generen cosas nuevas a partir de sus conocimientos previos, de la investigación, de la lectura y de su relación con otros.

Si algo no debemos de dejar en el olvido mientras crecemos es la creatividad; los niños tienen una capacidad enorme de crear e imaginar, conforme se van desarrollando se pierde esa habilidad por ser más lógicos, sin embargo, la creatividad es un factor que marca la diferencia a la hora de actuar, por lo que, entre más creativos seamos, mayores opciones tendremos para afrontar las situaciones que se nos pongan enfrente.