La Nueva Escuela Mexicana es un modelo educativo implementado en 2019 por parte del Estado mexicano para mejorar la educación en el país. El propósito del modelo educativo la Nueva Escuela Mexicana es fortalecer la educación pública gratuita y de calidad en todos los niveles escolares, interactuando e integrando a los diversos actores de la educación para trabajar en un plan que mejore la práctica del proceso de enseñanza aprendizaje.
Según el modelo “es indispensable actualizar o reformular todos los componentes de la institución escolar para que se corresponda con el espíritu de la reforma constitucional en curso”, lo cual se traduce en reestablecer la educación mexicana, deja claro que la educación que se ha efectuado hasta ahora ya no corresponde con los estudiantes actuales y propone cambiarla por una donde se le apueste a explorar todas las facultades humanas.
Para llevar a cabo correctamente el modelo Nueva Escuela Mexicana es necesario que se cumpla el Artículo 3º de la Constitución Mexicana, y que todos los estudiantes tengan acceso a materiales didácticos acordes a las realidades de su comunidad. Pero también, que los tengan en tiempo y en forma, garantizando la equidad y la inclusión de todos los grupos sociales.
Entonces la Nueva Escuela Mexicana pretende cambiar las interacciones que tenían antes los actores de la educación, pues en esta ocasión el docente deberá tener otra forma de comunicarse para hablar abiertamente de temas de los cuales quizá antes no se hablaba tanto, por ejemplo, el tema de las emociones o integralidad humana. Es fundamental tener capacitados a los docentes para que éstos tengan una buena comunicación y el mensaje correcto sea el que llegue a oídos del alumno.
El modelo Nueva Escuela Mexicana es una propuesta muy interesante porque se pone atención a aspectos importantes del ser humano que antes no tenían tanta importancia en el área educativa, por ejemplo, la educación socioemocional, mantener una vida saludable, el civismo y los valores.
Si bien ya se habían propuesto estas áreas para trabajarlas en las instituciones educativas, siempre se han tratado como materias “de relleno”, donde no se le daba la importancia necesaria, o se hablaba de los contenidos curriculares, sin importar si permea realmente en la vida de los estudiantes, o teniendo una sesión a la semana, o cada que se considerara oportuno.
Este aspecto es importante porque el proponer un modelo basado en el humanismo es sencillo, pero que realmente se ponga en práctica su contenido, teniendo en cuenta la cultura y la forma en cómo se ha educado históricamente a los mexicanos, es sumamente difícil, involucraría paradigmas, formas de enseñanza, mentalidades y estilos de vida.
Se ha vuelto forzoso rediseñar la escuela, la educación y las prácticas educativas, no es posible seguir aplicando tradicionalismos y modelos obsoletos cuando el mundo globalizado y tan cambiante nos pide que actualicemos nuestras formas de transmitir, enseñar y aprender.
Algo que no se menciona a profundidad en el modelo educativo es la enseñanza de las tecnologías y la computación, que hoy en día son tan indispensables para la realización de tareas. Es necesario también proveer a las comunidades marginadas de este tipo de materiales y diseñar un plan que interrelacione sus necesidades y su realidad con lo que se está enseñando en clase, es decir que se haga ver la utilidad práctica en la vida cotidiana de los contenidos curriculares.
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