Todas las personas tienen el derecho a tener una educación igualitaria de calidad integral y con oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida. Es una herramienta poderosa que permite superar las desigualdades y fortalecer el crecimiento sostenible.
Además de que la educación es un derecho humano también es una obligación de los gobiernos y las comunidades, garantizarla, fomentarla e impulsarla por todos los actores de la sociedad vinculados a la esfera educativa.
Gobierno, iniciativa privada y actores de la educación: redoblemos esfuerzos para lograr disminuir la brecha de las desigualdades, la pobreza y fortalecer una educación integral de calidad que permita a los ciudadanos obtener recursos económicos que incrementen su calidad de vida.
Autoridades de todos los niveles: no cerremos los ojos ante esta problemática y reduzcamos las brechas de género educativo que nos permita orientar el campo desde un punto de vista de inclusión y equidad. Aportemos nuestros esfuerzos colectivos para impulsar el derecho a la educación, seamos promotores de una educación llena de valores morales y éticos.
La educación es un proceso de aprendizajes que requiere de la participación de los estudiantes para eliminar la discriminación, erradicar estereotipos de género y cualquier otro comportamiento humano que vulnere y afecte la dignidad de las personas.
La educación es un derecho humano, no un privilegio; debe de ser accesible para todas las personas en sus distintas etapas de vida y garantizar condiciones de vida digna y una equidad educativa que permita la construcción de sociedades menos desiguales, democráticas, justas y más participativas.
La educación es un derecho humano el cual debe de estar garantizado legalmente por el gobierno, protegerla, apoyarla y hacerla cumplir para que los ciudadanos tengan la capacidad de transformar sus vidas, prosperar y tomar decisiones positivas. La educación al mismo tiempo, es un derecho que se convierte en una obligación.
El derecho a la educación es fundamental para el crecimiento económico, político, social, cultural e ideológico de la sociedad. Como docentes es de suma importancia tener excelente comunicación con los estudiantes, padres de familia e instituciones educativas para fomentar e impulsar la educación como un derecho y no como un privilegio, y esto no lo lograremos desde la comodidad de nuestro escritorio en el salón de clase, debemos de salir y sumarnos a campañas en defensa del derecho a la educación.
No esperemos resultados diferentes si seguimos haciendo lo mismo. Empecemos por promover la educación desde nuestros espacios, que se haga valer el derecho de recibirla, así como los demás derechos involucrados en ella. A lo largo de 40 años de docencia he visto muchos estudiantes que se presentan al plantel educativo sin alimentos en su estómago, con una familia rota, con problemas de salud, sin un techo digno en su hogar, sin útiles escolares, con los zapatos rotos, sin mochila, con caminatas de kilómetros diarios para poder llegar a la escuela; es ahí donde vemos la desigualdad en su máximo esplendor; cuando unos si pueden costear su educación, otros luchan día a día por sobrevivir.
Estar en contacto con estas injusticias hace que se propague más la reflexión y se actúe para poder transformar nuestro entorno, así que invito a la sociedad en general a participar, a poner manos a la obra. Todos somos seres humanos y merecemos las mismas oportunidades.