Desde el año de 1850 cuando surge el rancho “del Torreón” nuestra ciudad actual, inicia un desarrollo por demás acelerado en todos los aspectos, así en el aspecto industrial se observó un gran desenvolvimiento pues se inició el establecimiento de las primeras industrias en la última década del siglo XIX, así como los consulados de gran número de países extranjeros, cuyas nacionales radicaban en estas tierras, de instituciones de crédito, entre otras grandes y productivas actividades, como la agricultura, sin dejar de mencionar desde luego el gran avance que se tuvo con la llegada del ferrocarril central mexicano de 1883 y el ferrocarril internacional en 1888 lo que vino a detonar en grande el progreso de Torreón.
Gran parte de las acciones que se dieron para el progreso de Torreón, se debieron a un gran hombre que se reveló como un gran forjador de la conformación de la actual ciudad don Andrés Eppen, sin embargo, estas acciones fueron de tipo material, por lo que el mismo personaje no descuidó el orden espiritual, toda vez que para el 31 de marzo del año de 1890 procedió a donar un solar que comprendía un cuarto de manzana para la edificación de una iglesia, pues nuestro personaje pensaba que no sólo era necesario atender las necesidades materiales, sino que había que proporcionar a los habitantes de la población un remanso espiritual con la edificación de un templo.
Sin haber encontrado documentos que lo confirmen, a excepción de la información que nos proporcionara hace años el entonces vicario de la catedral de Nuestra Señora del Carmen don Alejo Oyervides, fue el Padre Félix Vargas quien primeramente ejerció sus funciones pastorales y sacerdotales en el solar donado a que nos referimos líneas arriba, sin embargo, a solicitud de don Andrés Eppen formulada al obispo de la Diócesis de Saltillo a la que perteneciera el naciente poblado lagunero, enviaron al vicario de Matamoros, don Francisco Rojas Murguía, quien asistía los domingos y días festivos religiosos a oficiar misa, pues a la vicaria en cita pertenecía el entonces La estación del Torreón, todo esto hasta el mes de diciembre de 1894.
Después de que La estación del Torreón dejó de depender de las autoridades civiles de Matamoros al ser elevada a la categoría de Villa, en una visita pastoral del obispo Santiago Garza Zambrano después de escuchar a las autoridades de la recientemente creada Villa del Torreón así como a destacados católicos residentes de la misma, decretó que la iglesia que funcionaba en la Villa fuera parroquia con el nombre de Nuestra Señora de Guadalupe de Torreón, designando al presbítero don Prudenciano Villalobos, a quien le correspondió la construcción de una iglesia más grande y funcional, culminando la obra el 12 de octubre de 1895 celebrándose el primer oficio religioso como parroquia.
El archivo parroquial de la iglesia de Guadalupe fue iniciado por el reverendo Francisco Rojas Murguía en el mes de agosto de 1893 con los libros de asientos de Matrimonios y bautizos, correspondiéndole al menor José Francisco Vielma Salas la primera acta de bautismo quien naciera en Torreón el 2 de abril de 1893 impartiéndole el sacramento el 13 de agosto del año en cita. Por su parte el 25 de agosto del mismo año, se registró el primer matrimonio siendo los contrayentes Carmen Guajardo y María del Refugio Montes. En consecuencia, la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe cumple 115 años como tal y 119 años que como Iglesia celebra misa los domingos.