Claudia Sheinbaum tomó protesta como presidenta de la república y en pocos días ya podemos apreciar muchas diferencias con su antecesor que brindan la esperanza de que las cosas irán bien para México.
Para comenzar por primera vez tenemos un gobierno de izquierda. López Obrador secuestró la “ideología” pero en la realidad él nunca fue un político progresista. Su visión del mundo era más cercana a la de Luis Echeverría, es decir, al priismo de los 70´s, que a una izquierda moderna. Por eso nunca se comprometió en realidad con los más pobres, con las mujeres y tampoco con las familias de los desaparecidos.
Claudia Sheinbaum si se formó en la ideología de la izquierda. Sus padres participaron activamente en los círculos de la izquierda mexicana durante la década de los 60. La hoy presidenta desde muy joven participó en marchas estudiantiles y su compromiso con estas causas lo vemos con su primer decreto donde el Estado pide perdón por los crímenes del 68.
Venimos de un sexenio donde el expresidente siempre criticó la ciencia, la tecnología. Para él, la cultura del esfuerzo y los deseos aspiracionistas pertenecían a la mafia del poder.
Incluso llegó a perseguir a investigadores del CIDE. Hoy la presidencia de la república la ocupa una doctora. Hija de académicos, un químico y un biólogo, Claudia Sheinbaum, sabe lo importante que es estudiar para salir adelante. La presidenta estudió física, tiene una maestría en Ingeniería Energética.
En 1995 fue la primera mujer en ingresar al doctorado en Ingeniería en Energía de la Facultad de Ingeniería de la UNAM y obtener un grado de doctora con la tesis “Tendencias y perspectivas de la energía residencial en México”. También hay otra visión del mundo porque ella salió al extranjero a estudiar. Estuvo cuatro años para realizar su trabajo de investigación para su doctorado en el Lawrence Berkeley Laboratory, becada por la UNAM. Durante esta estancia, escribió numerosos artículos científicos.
Hay una diferencia con el expresidente que tardó muchos años en titularse y siempre vio con desprecio el estudio. Imagine usted el mensaje que es para las niñas y adolescentes ver que una mujer puede llegar a la presidencia de la república, pero además que logró su objetivo gracias al estudio y al esfuerzo.
Es cierto, no ha habido una ruptura total como muchos analistas o ciudadanos quisieran con el expresidente, pero tampoco es necesario en tan poco tiempo. Hay que darle la oportunidad a la doctora de ir construyendo su gobierno. Y sin duda es tiempo de las mujeres y poco a poco se van delineando muchas diferencias como su apuesta por las energías limpias y digitalizar el gobierno. Por México esperemos que este sea un excelente sexenio.