Luego del festejo, la reflexión. Al terminar la conmemoración del Día Mundial del Turismo, que tuvo este año la acentuación Desarrollo del Turismo Rural, la Secretaría de Turismo a nivel federal tuvo una reflexión por demás oportunista, inútil y burocrática: hay que quitarle la denominación de Pueblo Mágico a aquellas poblaciones que no merecen ostentarlo como un sello que promueva el turismo.
La SECTUR señaló el lunes 28 de septiembre que solo 16 de 121 Pueblos Mágicos cumplen con todos los requisitos que se les dieron cuando recibieron la denominación, algunos desde hace casi 20 años y otros, como Nombre de Dios, Durango apenas hace unos años.
La amenaza es gratuita porque la Federación no ha destinado un peso al desarrollo de estos Pueblos Mágicos., ni lo hará en 2021.
Esto no evita que los números que presentó la Secretaría de Miguel Torruco, sean alarmantes: la mitad de los pobladores de estos 121 poblados, distribuidos en todo el país, están en la pobreza. El ser Pueblos Mágicos no ha evitado que continúe la migración de sus pobladores, sobre todo, si se trata de Michoacán o Zacatecas, a la Unión Americana.
Este no es un tema menor, el programa federal no ha tenido éxito, al parecer se incluyó en la lista de Pueblos Mágicos, a poblados donde no existían las condiciones para desarrollar un programa estable, sustentable y permanente de desarrollo para atraer el turismo y mantener números constantes de visitantes que aporten a la economía del lugar.
Coahuila tiene un ejemplo nacional de desarrollo económico, cultural y urbano en Parras de la Fuente que se ha convertido en un atractivo turístico y de desarrollo económico en los últimos años en que ha incrementado el número de hoteles boutique, fortalecido actividades turísticas que ya existían como la Fiesta de la Vendimia -suspendida este año por la pandemia- o nuevas actividades como la Feria de Vino y el tamal, además del crecimiento de los viñedos que son también atractivos turísticos por sus recorridos enológicos.
El pueblo con los viñedos más antiguos de América, se ha convertido en un centro de actividad turística de fin de semana con visitantes de Monterrey, Nuevo León, Saltillo y La Laguna, Coahuila sobre todo.
Otros pueblos como Viesca, Guerrero y Candela realmente eran pueblitos Mágicos que necesitan un desarrollo apoyo de todo tipo para lograr un desarrollo con promoción a su destino con temas como las cocineras tradicionales de Viesca.
Coahuila está en tercer lugar en cantidad de Pueblos Mágicos, el primero es Puebla con 9, siguen Michoacán, Jalisco y Estado de México con 8 y luego Coahuila con 7. Durango está en los últimos lugares con 2 (Mapimí y Nombre de Dios).
Es importante dos observaciones, la primera relacionada con la creencia común de que los Pueblos Mágicos de regiones con poblados muy antiguos, coloniales y con atractivos naturales llenos de vegetación, agua y tradiciones. Y la segunda está relacionada con la violencia que amenaza constantemente a regiones enteras del país y que en los Pueblos Mágicos de Coahuila no ha imperado.
Así las cosas, los Pueblos Mágicos no tienen presupuestos de turismo federal, son poblados pobres, muy pobres, vino abajo con el cierre de actividades en 2020, lo que habían logrado se quedó en el camino y aunque son una alternativa muy importante en estos tiempos porque están a la mano de los turistas y son más económicos que otros destinos, están en el borde del abismo económico.
Finalmente, el gobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme Solís, no ha dejado a su suerte a Candela, Guerrero, Múzquiz, Parras de la Fuente, Viesca, Arteaga y Cuatro Ciénegas que vieron en peligro su ruta hacia el desarrollo turístico al no contar con apoyo del centro del país.