La pandemia por COVID-19 nos ha obligado como sociedad a reinventar prácticamente todos nuestros procesos sociales. Hoy las empresas, los gobiernos, las religiones, y prácticamente cualquier actividad que requiera la participación presencial de gente ha tenido que ajustarse, sea a un método virtual, o a uno en el que las nuevas medidas de prevención se vuelven algo común.
En ese contexto, la educación en México ha tenido que realizar grandes adecuaciones: de inicio, el cierre de escuelas que estaba pensado para unas cuantas semanas se extendió, y obligó al sector educativo a crear nuevos mecanismos de enseñanza, de revisión de tareas, de cumplimiento de objetivos, y hasta de acercamiento entre padres, alumnos, y docentes.
Hoy, ante el retorno paulatino a través de programas piloto, como sociedad estamos cada vez más cerca de una ocupación presencial mayoritaria, lo cual nos permitirá devolverle a las escuelas ese papel que tienen no solo como inmueble, sino como santuario de la educación y primer encuentro controlado de las niñas y niños con la sociedad y el Estado.
Habiendo dicho esto, y ante la llegada del verano, es importante recordar que las escuelas no solamente son centros de estudio, sino que permiten a las y los alumnos enrolarse en procesos de socialización controlados, por lo que es importante dimensionar que su uso no está limitado a las clases.
En ese sentido, el Gobernador Miguel Riquelme ha propuesto la implementación de cursos de verano en las escuelas públicas de la entidad, enfocados a grupos reducidos y con una fecha de inicio prevista al término del Ciclo Escolar, mismo que concluye el 9 de julio.
Actualmente, y mientras el semáforo epidemiológico se encuentre en verde, continuarán incrementándose la cantidad de escuelas abiertas, como parte del programa piloto del regreso a clases semipresenciales. Al día de hoy, 52 planteles escolares en la Laguna se encuentran abiertos, con grupos reducidos, observando estrictas medidas de sanidad y chequeo periódico, y se espera que esta cifra continúe en aumento conforme avancemos en el combate a este padecimiento.
La pandemia del COVID-19 nos ha obligado no solo a cambiar nuestra manera de hacer las cosas, sino a volver a entender nuestras prioridades. El retorno a las clases presenciales es una necesidad imperante para la sociedad, y conforme lo ha dispuesto el Gobernador Riquelme, continuaremos trabajando para que cada día que pase este más cerca la llegada de nuestras niñas y niños a sus aulas.