/ miércoles 10 de julio de 2019

Rincón Beisbolero

El arte de contratar verdaderos refuerzos

Hoy en día las distancias entre algunos equipos en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) son muy grandes; sin considerar los resultados de este miércoles, la distancia entre Unión Laguna y Toros de Tijuana es de 25 juegos; los Rieleros están a 20 y los Generales de Durango a 17. En el Sur son un poco menores; Campeche está a 16 juegos de los Guerreros de Oaxaca. Esta situación no es obra de la casualidad, tiene mucho qué ver con el trabajo de las organizaciones en el scouteo y desarrollo, pero bien complementado con verdaderos refuerzos, mexicanos, extranjeros y mexicanos no nacidos en México.

Hay muchos refuerzos que llegan a la LMB con buen cartel, pero ya se acabaron aquellos tiempos en que todo extranjero que venía a México entregaba buenas cuentas sin esforzarse demasiado, hoy los tiempos son diferentes y por mucho cartel que traiga un refuerzo, es importante checar algo más que su trayectoria y sus números ¿cuánto tiempo lleva inactivo; su salud es buena; tiene alguna lesión; es un ser humano sano? Es muy contrastante ver al Yohan Flande que contrató Unión Laguna, y al lanzador zurdo que llegó a la LMB con Aguascalientes; Flande exhibió excelentes recursos con Rieleros, pero a la siguiente campaña vino a menos, hasta llegar al que vimos aquí en algunos juegos con Algodoneros.

El último bateador extranjero que llegó a Unión Laguna, Michael Olt, tiene una buena trayectoria en el mejor béisbol del mundo, sin embargo, ha batallado bastante para hacer contacto con la pelota, aunque como tercera base sí ha resultado una garantía. Garabez Rosa llegó luego de quemar la Liga Norte de México, pero con el dominicano quedó demostrado que hay enorme diferencia entre una liga y la otra. En 2018 Monclova trajo a Danny Espinosa que venía del mejor béisbol del mundo y luego de su actuación con Acereros, regresó a aquellas latitudes. Chris Carter, que no ocupa plaza de extranjero, ha sido una sensación en su debut en esta liga.

Otros ejemplos de mexicanos no nacidos en México, que han sido muy rentables son; José Vargas, Michael Wing, Marc Flores, Richie Pedroza y Brandon Quintero, con Rieleros de Aguascalientes. Ni hablar de extranjeros como Wirfin Obispo, Francisco Peguero, Bruce Maxwell, Alex Liddi, Yoanner Negrín o César Valdez. Son jugadores que de inmediato demuestran su categoría y adquieren un peso específico grande en sus equipos. Es importante tener a alguien de pantalón largo con buenas relaciones y contactos para conseguir verdaderos refuerzos, aunque el segundo paso es complicado, porque se refiere al salario del jugador, en dólares la mayoría de los casos.

Cuando se revisan los números de un buen jugador, pero su status es “agente libre” tiene que ser una mala señal, porque la calidad es escasa en la LMB y si un “pez gordo” anda libre, o hay problemas de lesiones, de baja de juego o incluso de adicciones u otro tipo de mala conducta; aquí existió este mismo año el caso de Alejandro Arteaga, un buen lanzador venezolano, pero cuya vida fuera del terreno le impedía entregar buenos resultados; la decisión fue quitarlo antes de iniciar la temporada; por ahí hay otro en el roster, también lanzador, pero mexicano, cuyas facultades son para jugar en Estados Unidos, sin embargo, la fiesta no se lleva con los planes de ser un jugador de elite.

Cameron Mc Vey, Michael Crouse, Viosergy Rosa, Dustin Geiger, Garabez Rosa, Pedro Fernández, Yohan Flande, Eric Aguilera, Edgard Muñoz, Chris Rocha y Esmelvin Jiménez, son no nacidos en México que no están ya con el equipo y sólo tres son los que se mantienen desde el arranque de la temporada; Frank Garcés, Frankie de la Cruz y Niuman Romero. Contratar un extranjero o méxicoestadounidense y regresarlo pronto a casa, es una operación muy costosa que implica los pasajes de avión y otras cosas. Hoy al parecer una necesidad en el equipo es “alguien” que localice a los verdaderos refuerzos, que reúnan las condiciones ya señaladas, para después esperar la luz verde de quienes autorizan los recursos.