/ jueves 8 de agosto de 2024

Río Babel | De la indignación en redes a la acción

La historia ocurrió en Torreón, pero seguramente se ha repetido en Saltillo, en Durango y en muchas partes de la república. El pasado domingo acudí con mi familia al Centro Comercial Cuatro Caminos, en un hecho inédito encontré lugar para estacionarme en uno de los espacios destinados para personas con discapacidad.

Porque digo inédito, porque normalmente estos espacios están ocupados por automovilistas que no portan placas especiales, ni tampoco tienen alguna discapacidad, sino que simplemente les da flojera caminar.

Mi hijo mayor de 15 años tiene parálisis cerebral y en el vehículo familiar porto placas especiales. El trámite no es sencillo, incluso el gobierno de Coahuila endureció las medidas para otorgarlas y lo celebro. Y es que muchas personas buscan tramitar estas placas por una lesión pasajera, o incluso ni siquiera por alguna molestia, simplemente por hacer trampa.

Hoy es necesario el dictamen de un médico especializado del Centro de Rehabilitación de Coahuila, además de notas médicas y otros papeles más.

Después de 2 horas en el Centro Comercial salí junto con mi familia y la sorpresa fue que, a lado de mi camioneta, sobre la línea amarilla que divide los cajones de estacionamiento había otro vehículo. La imagen era por demás surrealista. Un espacio para dos vehículos convertido a fuerza de producto de gallina en para tres. Además, los dos autos que estaban a mi lado ninguno portaba placas especiales.

Enojado por el hecho tomé una fotografía de los tres vehículos y la subí a mis redes sociales con el siguiente texto:

“Los lugares reservados para las personas con discapacidad son más amplios para que uno pueda bajar y subir a la persona acercando la silla de ruedas, el andador o el aparato que utilice, NO para que alguien se estacione en medio, impidiendo a la persona con discapacidad subir al vehículo. Mención aparte merece el riesgo de chocar.

Comparto esta fotografía hoy en Cimaco. Donde además de NO respetar los reservados para discapacidad, un espacio para 2 lo hacen a fuerza de tres. Obviamente tuve que sacar mi camioneta para poder subir a Güicho”.

Al momento de escribir estas líneas mi publicación en Facebook ha sido compartida más de 1200 veces, suma más de 700 reacciones y lleva más de 200 comentarios. La mayoría de ellos indignados, solidarios conmigo y con mi familia. Incluso Milenio Laguna y El Sol de la Laguna hicieron una nota al respecto.

Todo este apoyo lo agradezco, pero sigue lo más importante: por favor respetemos los lugares asignados para las personas con discapacidad, mujeres embarazas y personas de la tercera edad. Construir un mejor lugar para vivir no sólo es responsabilidad del gobierno, sino también de todos nosotros.

La historia ocurrió en Torreón, pero seguramente se ha repetido en Saltillo, en Durango y en muchas partes de la república. El pasado domingo acudí con mi familia al Centro Comercial Cuatro Caminos, en un hecho inédito encontré lugar para estacionarme en uno de los espacios destinados para personas con discapacidad.

Porque digo inédito, porque normalmente estos espacios están ocupados por automovilistas que no portan placas especiales, ni tampoco tienen alguna discapacidad, sino que simplemente les da flojera caminar.

Mi hijo mayor de 15 años tiene parálisis cerebral y en el vehículo familiar porto placas especiales. El trámite no es sencillo, incluso el gobierno de Coahuila endureció las medidas para otorgarlas y lo celebro. Y es que muchas personas buscan tramitar estas placas por una lesión pasajera, o incluso ni siquiera por alguna molestia, simplemente por hacer trampa.

Hoy es necesario el dictamen de un médico especializado del Centro de Rehabilitación de Coahuila, además de notas médicas y otros papeles más.

Después de 2 horas en el Centro Comercial salí junto con mi familia y la sorpresa fue que, a lado de mi camioneta, sobre la línea amarilla que divide los cajones de estacionamiento había otro vehículo. La imagen era por demás surrealista. Un espacio para dos vehículos convertido a fuerza de producto de gallina en para tres. Además, los dos autos que estaban a mi lado ninguno portaba placas especiales.

Enojado por el hecho tomé una fotografía de los tres vehículos y la subí a mis redes sociales con el siguiente texto:

“Los lugares reservados para las personas con discapacidad son más amplios para que uno pueda bajar y subir a la persona acercando la silla de ruedas, el andador o el aparato que utilice, NO para que alguien se estacione en medio, impidiendo a la persona con discapacidad subir al vehículo. Mención aparte merece el riesgo de chocar.

Comparto esta fotografía hoy en Cimaco. Donde además de NO respetar los reservados para discapacidad, un espacio para 2 lo hacen a fuerza de tres. Obviamente tuve que sacar mi camioneta para poder subir a Güicho”.

Al momento de escribir estas líneas mi publicación en Facebook ha sido compartida más de 1200 veces, suma más de 700 reacciones y lleva más de 200 comentarios. La mayoría de ellos indignados, solidarios conmigo y con mi familia. Incluso Milenio Laguna y El Sol de la Laguna hicieron una nota al respecto.

Todo este apoyo lo agradezco, pero sigue lo más importante: por favor respetemos los lugares asignados para las personas con discapacidad, mujeres embarazas y personas de la tercera edad. Construir un mejor lugar para vivir no sólo es responsabilidad del gobierno, sino también de todos nosotros.