Saturado de las noticias de la reforma al Poder Judicial, los libros, el cine, la música y los documentales son un oasis que nos permiten reposar de las declaraciones de los políticos.
Recientemente en Netflix tuve la oportunidad de ver el documental titulado Romper la Pared, que nos cuenta la historia del astro argentino Ángel Di María, que honestamente me conmovió.
Estamos hablando de un crack que superó todo para poder romper la pared y triunfar en el futbol mundial sin perder los valores inculcados en casa. Di María era un crack en la cancha que para aquellos que no son fanáticos del balompié podía pasar de desapercibido porque siempre jugó en la selección con Messi, el astro que acapara todos los reflectores.
Ejemplo de esto es que en el juego Argentina-México en el Mundial de Catar 2022 donde perdimos 2-0 todos hablaban de Messi como el verdugo de nuestra selección, pero nadie de “Angelito” que tuvo la visión de abrir la cancha y darle el pase a quien fuera la estrella del Barcelona.
La docuserie consta de tres capítulos que retratan los modestos inicios de Di María en Rosario Central y sus destacados períodos en clubes como Benfica, Real Madrid, Manchester United, PSG y Juventus.
En este documental nos enteramos como su madre recorría varios kilómetros en bicicleta para llevarlo a entrenar. Como un accidente ferroviario deja a su abuelo sin una pierna y por ende sin la posibilidad de convertirse en futbolista profesional. También su padre Miguel estuvo a punto de debutar, pero una lesión lo alejó de las canchas, por lo que se dedicó a vender carbón para poder sostener a su familia.
El film tiene testimonios exclusivos de personas cercanas a Di María, como Lionel Messi, Neymar, Sergio Ramos o entrenadores como José Mourinho y Lionel Scaloni. Por su parte, sus padres Miguel y Diana, su esposa Jorgelina y sus hijas Mía y Pía ofrecen una visión personal de la vida del “Fideo” fuera de las canchas.
Cuando uno repasa las jugadas que hacía en la cancha Di María y su paso por grandes equipos no se imagina todas las dificultades que tuvo que superar, pero incluso ya como estrella vivir el drama de no saber si su primera hija lograba vivir. La pequeña Mía estuvo dos meses en incubadora y los doctores no daban un pronóstico alentador. La niña también rompió la pared y la hemos visto con su papá en varias ceremonias de inauguración de Copas América o bien en los Mundiales.
Muchos periodistas argentinos pidieron en varias ocasiones que no fuera convocado a la selección, a ellos les calló la boca como a entrenadores que no lo apoyaron. La historia De María es inspiradora, es una vida de película, la historia del niño pobre que se atrevió a romper la pared para alcanzar su sueño. La pregunta es ¿nosotros nos atrevemos a romperla?