Algunos suponían que los 40 años de la Fundación de los Premios Princesa de Asturias (surgida como Príncipe de Asturias) sería desairada, fría, insulsa y se equivocaron. La ceremonia celebrada hoy en la Sala "Covandonga" del Hotel de la "Reconquista" en Oviedo, Asturias, en lugar del tradicional Teatro "Campoamor", cerrado por la pandemia, fue muy emotiva, solidaria, amorosa, conmovedora y digna de reflexión: vivimos tiempos de unidad, de ser solidarios... dijo el Rey Felipe VI en su discurso, que cerró el programa. La gravedad de la situación nos lleva a actuar en consecuencia resiliente, o nos extinguiremos.
Varios momentos estremecieron a la audiencia, los mensajes enviados en video no solo no fueron fríos o realizados por compromiso, resultaron muy emotivos, como el recuerdo del compositor estadounidense John Williams de su amigo el compositor italiano Ennio Morricone, fallecido hace poco; el llamado de la Ingrid Daubechies a disfrutar de la belleza de las matemáticas: "Estudien con gusto las matemáticas mientras construyen sus vidas", dijo; el llamado a la solidaridad internacional de Seth Berkley, de la asociación Gavi para las vacunas contra enfermedades infecciosas; el poema interactivo de la escritora estadounidense Anne Carson; el discurso enérgico de Raúl Padilla, Presidente de la Feria Internacional de Guadalajara, en defensa de la libertad...
Los premiados recibieron un diploma, escultura de Joan Miró y los cerca de 60,000 dólares del premio. Fueron ganadores entre 267 aspirantes de 55 países que revisó el jurado en mayo de este año.
Es importante señalar que el Hay Festival también recibió el Princesa de Asturias, es un festival de literatura y celebridades que tiene una de sus sedes en Querétaro, dos guiños del premio asturiano a nuestro país.
Desde el Princesa de Asturias se hizo un llamado al optimismo razonado, a la solidaridad, a enfrentar la pandemia con especial prudencia y, sobre todo, a ser solidarios, a la resiliencia humana a través del afecto, el trabajo comprometido, responsable y humanista.
Y sucedió algo que es ejemplo para el mundo, el reconocimiento verdadero, no pose políticamente correcta como hemos visto en otras partes, el homenaje sentido, lleno de agradecimiento, al colectivo sanitario español, al médico, a la enfermera, a la señora de la limpieza, a la secretaria, a la farmacéutica... y un detalle impresionante que muestra el espíritu humano, la asistencia a la ceremonia de Nieves Mijimolle, hija de los farmacéuticos Tomás y Carmen, de 79 y 82 años de edad, vecinos del muy golpeado por el Covid-19, barrio madrileño de Leganés.
Tomás y Carmen estaban retirados y decidieron regresar a su farmacia de barrio para atender a sus vecinos, fue en el principio de la pandemia, no escucharon a sus hijas que les pidieron que se quedaran en casa, su compromiso con el barrio, con los vecinos, con los amigos de toda la vida fue más grande que valorar su propia vida, amaban su profesión... se contagiaron y murieron, Tomás el día 28 de marzo, Carmen 3 días después.
2020 es un año especial, los Premios Princesa de Asturias nos recordaron que vale la pena vivir, que hay héroes como Carmen y Tomás que desde su trinchera nos demuestran una y otra vez que la humanidad puede sobrevivir a esta desgracia.