La educación es un instrumento que genera transformación, es la ilusión de una población que tiene la firme convicción de que existe un presente y un futuro mejor. La educación es la única llave que sirve para abrir las puertas del progreso y combatir la ignorancia, es el camino a través del cual se puede llegar a un cambio histórico en este mundo globalizado, es la fuerza que puede tener un pueblo para progresar.
La ignorancia es un virus cruel que infecta con falsa información a las personas.
Escuelas, docentes, alumnos, padres de familia y gobierno: fortalezcamos la educación porque educar permite progresar a la sociedad, modificar el rumbo, generar nuevas ideas, renovar esperanzas y creer que todo es posible mediante una educación integral y participativa.
Un pueblo educado implica solidaridad de toda su población, apoya a los estudiantes a realizar sus tareas escolares, tareas extracurriculares, a motivarlos con experiencias de vida con el objetivo de formar un país con futuro que nos permita abrir nuevas puertas de progreso, de esperanza y visualizar un mundo mejor.
La educación es una herramienta que también nos permite formar nuevos ciudadanos que actúen con conciencia social, puntos de vista críticos, pensamientos innovadores capaces de alcanzar el desarrollo social, el bienestar social y espiritual de los habitantes de la comunidad y de la sociedad en general.
Un pueblo educado es una sociedad que progresa cuya fuerza nos permitirá continuar en la lucha por mejorar cada día más la educación, hablar con libertad, actuar con decisión, sin temor, demoler las barreras geopolíticas, combatir la pobreza económica y de aprendizaje.
Desde este espacio me permito hacer un llamado a todos los actores de la educación que se encuentren motivados y convencidos en ayudar a reformular los
planes y programas educativos con materias que realmente permitan fortalecer y transformar la sociedad.
Actuemos, alguien tiene que empezar a generar un pueblo educado. Envío desde aquí mi reconocimiento a todas aquellas personas que nos dan fuerza y abren el camino para impulsar el desarrollo educativo, científico y a disminuir las desigualdades sociales y la aplicación de valores morales y éticos.
Un pueblo educado cuenta con más y mejores propuestas, por esta razón nuestro sistema educativo requiere con urgencia que los docentes se encuentren en constante capacitación, incrementen y fortalezcan la enseñanza, así, en consecuencia, se mejorará la calidad de la educación nacional de manera paulatina.
Lo que necesitamos para transformar la sociedad es educar un pueblo, sin un pueblo educado jamás vamos a superar los niveles de desigualdad y el atraso que tenemos. La educación puede cambiar la sociedad si logramos que los estudiantes se conviertan en ciudadanos críticos, que sean responsables, reflexivos, que cuestionen las cosas, que sean comprometidos con su entorno, que tengan la capacidad de dirigir sus emociones, que sean abiertos a dar y recibir información que fortalezca su salud mental, motivados por alcanzar un mejor nivel de vida, en pocas palabras, la educación para la transformación social comprende todas aquellas actividades con las que se intenta sensibilizar a la población.
Un pueblo educado contará con mayor cultura, valores y conocimientos para reconstruir la sociedad en la que habita.
Un pueblo educado es una sociedad que progresa, porque un pueblo de personas educadas será un pueblo de personas libres.