Torreón, Coahuila.- Tiene más de 30 años viviendo del fuego y es conocido como el “Dragón de Torreón”. Se trata de Alberto Flores Ramírez, de 57 años de edad, quien trabaja en los cruceros tomando diésel, el cual escupe para luego simular que sale lumbre de su boca.
Nació en esta ciudad, es casado, tiene una hija y dos nietos. Actualmente labora en el cruce de los bulevares Revolución y Libertad, bajo el puente peatonal.
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Los días y horarios varían, todo depende de la necesidad, el clima, pero principalmente de su salud.
“Ahorita me la paso más aquí, porque tengo un rato viviendo por este rumbo, antes me ponía en el bulevar Independencia, porque vivía por allá. También he estado en la Cuauhtémoc. Es a donde la vida me vaya llevando”.
Alberto Flores siempre trae una pañoleta en la cabeza y una gorra hacia atrás. Además, anda en muletas debido a una discapacidad que le genera debilidad en sus piernas: “Por eso nunca me dieron un trabajo formal, por mi discapacidad. La necesidad de comer y sobrevivir me hizo hacer esto en la calle”.
A quienes se dedican a esta profesión, también se les denomina tragafuego, lanzafuego o escupe fuego. De manera particular, en un “buen día”, Alberto gana hasta 300 pesos, si le va mal solo 100.
Tiene 37 años casado por el civil y conoció a su esposa cuando él lavaba carros: “Mi hija va a cumplir 37 años. Mis nietos tienen 16 y seis años”.
Pese a lo riesgoso de su profesión, solo ha sufrido quemaduras leves en el rostro.
Una vez me caí y tuve que rodar en la calle, pues necesito de mis muletas para moverme. Si no rodaba me iban a atropellar.
Actualmente, el “Dragón de Torreón” y su esposa viven en la colonia Monterreal, pero no cuentan con un número telefónico para contactarlos.
Por lo tanto, cuando lo vean en la calle, se pide el apoyo de la sociedad, pues ya conocen un poco de su historia de vida.
