Sin duda alguna las calles de la Comarca Lagunera se invadieron de fervor guadalupano, al realizar el tradicional rosario por la Virgen de Guadalupe con una deliciosa reliquia lagunera que consta de una tradicional asado rojo y siete sopas, de las cuales, unos aseguran que representa a los siete pecados capitales. De igual manera, para generar más color a la celebración se complementa con el baile de una danza.
Estos danzantes pueden ser contratados por la familia, o bien, puede tratarse de un grupo de personas que aportan su danza personal como ofrenda al santo en cuestión y en esa casa en particular. Una vez terminado el rezo, se procede a la distribución de la reliquia. La familia y los invitados especiales comen en los platos de la casa; los vecinos que no fueron al rezo pero sí a la distribución de la comida, suelen llevar sus propios platos. Cuando son muchos los solicitantes, forman fila y van pasando frente a las grandes ollas que contienen las sopas y el asado de puerco.
La reliquia, en el aspecto religioso implica una Acción de Gracias de los organizadores y la súplica de la protección del Santo para el año siguiente. Sin duda hay un gran trasfondo cultural de origen prehispánico.
DATO
De acuerdo a la tradición oral mexicana, y lo descrito por documentos históricos del Vaticano y otros encontrados alrededor del mundo en distintos archivos, se cree que la Virgen María se apareció en cuatro ocasiones al indio Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el Cerro del Tepeyac, y una ocasión a Juan Bernardino, tío de Juan Diego.