Si bien cuando comenzaron a producirse su comercialización se tornó un tanto difícil. Se batalló para colocarlas entre la gente pero hoy quien viene a este Pueblo Mágico y no lleva sus campechanas se arrepienten, como sucede con el dicho del que <<vino a Parras y no tomó vino entonces a que ch…. vino.>>
Conocido por vitivinicultura, con las Bodegas de San Lorenzo donde está la Casa Madero, la productora de vinos más antigua de América Latina y que ha obtenido la mayor cantidad de premios internacionales en México por la calidad de sus productos, Parras de la Fuente también era reconocida en el mundo por su mezclilla, que se exportaba a más de 100 países de orbe cuando se producía en la entonces Fabrica La Estrella o FLESA la mejor de esta tela a nivel nacional e internacional.
También, Parras, antes de ser denominado Pueblo Mágico, el primero del Norte de México y de Coahuila, era nacionalmente famoso por sus tradicionales dulces de leche, nuez, higo, durazno, chabacano y coco, entre muchos más, por lo cual la visita a esta ciudad, que acaba de cumplir 426 años de fundada, era una oportunidad que muchos no pierden un fin de semana.
Pero de repente se comenzó a ver la venta de un nuevo producto, las campechanas, unas pequeñas, crujientes y deliciosas, podemos decir, piezas de pan, que comenzaron a producir unas cuantas familias que batallaron unos años en poder posicionarlas en el gusto de la gente, pero hoy quien viene a Parras y no las prueba o no se las lleva se arrepiente de eso.
Las campechanas comenzaron a producirse allá por 1981. La producción la inició el señor José Olvera y su esposa, en su casa de la popular calle Pípila, a donde ya las conocía acudía a comprarlas por un ciento que daban en una caja de cartón donde se había envasado otro producto.
Hoy después de mucho esfuerzo, es un producto artesanal que quienes visitan esta ciudad no dejan de llevar a su lugar de origen y ha generado una gran demanda, no solo a nivel local o regional, sino nacional.
Ahora no solo «quienes vienen a Parras y no tomaron vino…. ¿entonces a qué ch…. vinieron?», sino que también si se van sin sus paquetes de campechanas, de cien o de cincuenta piezas, no saben lo que es este pueblo de gran riqueza natural, gastronómica, cultural e histórica.
“Todo turista, nacionales y extranjeros, que llega a la ciudad busca sus campechanas, tanto para ellos como para llevar por encargo de familiares o amigos”, mencionó Héctor Gabriel García Vitela, administrador de Campechanas y Dulces Tradicionales “El Rey”.
La campechana parrense es una similar a las que hacen en las panaderías, pero tres veces más pequeñas, del tamaño de una galleta, pero más deliciosas, de ahí su gran demanda. Antes se expendían en pequeñas cajas de cartón y ahora es en empaques de plástico.
DE AVENTÓN
Para lograr su comercialización a la escala que tiene ahora se hizo un gran esfuerzo y sacrificio por los primeros productores que salían de raid (aventón) de Parras con grandes cajas de cartón amaradas con mecates para ofrecerlas casa por casa, así como negocio por negocio en ciudades como Monterrey, Torreón y Saltillo.
“Uno de ellos fue mi padre Rey García Hernández y otros parrenses que a veces se quedaban a dormir por donde andaban en las centrales de autobuses porque vendían pocas y no les alcanzaba para el pasaje".
Ahora ese sacrificio y tenacidad les regresó los frutos para poder mantener a sus familias sin problemas. La demanda creció de manera tan grande que de tres productores de campechanas en Parras ahora hay alrededor de 50 y todos venden, explica el joven García Vitela.
Tan grande es la demanda de esta delicia para el paladar de los más exigentes, que en temporadas altas de turismo, como son Semana Santa y agosto, se agotan en todos los lugares de venta y la gente, antes de irse, la busca por todo Parras, dijo.
Expresó que en su negocio, en temporada alta producen hasta 90 mil campechana por semana y en la baja llegan solo a las 30 mil, pero que casi siempre la producción es alta por la demanda.
Comentó que hay ocasiones en que tienen pedidos de hasta 30 mil campechanas que solicitan gentes de estados como Chihuahua y Aguascalientes, que las piden para revender en aquellas entidades. «Así tenemos solicitudes de muchas personas a quienes se las mandamos porque ellos las venden en sus ciudades en paquetes de 10 piezas a un precio más alto».
Externó que su negocio, se produce la campechana normal de hojaldre con azúcar, pero que han logrado muchas otras variedades como la integral con ajonjolí; la de avena con un 50 por ciento menos de azúcar que las demás; la de pepita de girasol; la de amaranto, y la hecha con mantequilla que es diferente a la tradicional que se produce con manteca vegetal.