Se considera que el Taj Mahal es una de las construcciones arquitectónicas más increíbles de la historia, sin embargo, no tienes que viajar del otro lado del mundo para conocer arquitectura similar, basta con que viajes a Querétaro o a Guanajuato.
Esto resulta ser una situación muy interesante, incluso cómica, porque en la historia original del Taj Mahal, el rey Shah Jahan ordenó su construcción como un mausoleo en el cual fuera posible visitar los restos de su difunta esposa.
Ella falleció dando a luz al catorceavo hijo del monarca y el rey la consideraba su gran amor, por lo que ordenó la construcción de este edificio que más que mausoleo parece castillo.
Sin embargo, luego de que el monumento fue terminado, el rey ordenó cortar las manos y dejar ciegos a todos los arquitectos que participaron en la construcción para que nunca lo reprodujeran.
Pero el plan del rey no funcionó, pues algunos arquitectos en Guanajuato y aunque también está dedicado a una mujer, no se trata de una historia de amor romántico sino un acto de devoción con la Virgen de Guadalupe.
Se trata del Templo de Las Cruces, ubicado cerca de Acámbaro en una comunidad que decidió demostrar su devoción por la virgen morena y construir este templo.
La construcción sumamente costosa adquirió los acabados islámicos, persas, indios y turcos del original, pero se utilizó cantera rosa de Tlapujahua, Michoacán, y sólo un arquitecto, José Ignacio, que, dicho sea de paso, conserva manos y ojos.
El templo está compuesto por 4 torres coronadas de 4 cúpulas y una quinta más grande al centro, los arcos fueron vestidos de grandes vitrales que contrastan con los diversos detalles neoclásicos. Sus minaretes y cúpulas doradas harían pensar a cualquiera que se trata de una mezquita.
El interior del recinto cuenta con un altar sobrio y elegantes candelabros que la población pudo ver después de once años, fue el 28 de diciembre de 2014 que abrió sus puertas el templo construido en el predio donado por las hijas de Francisco Uribe, habitante de Las Cruces.