Torreón, Coahuila. - Cada 23 de abril se celebra a nivel internacional el Día del Libro, y de esta forma es digno recordar las grandes plumas que han existido en Coahuila, las cuales con sus brillantes escritos, han enamorado y cautivado a varias generaciones, provocando también que se cree un apego hacía las bellas artes a través de las letras.
Y es preciso mencionar y recordar la gran influencia que han tenido las plumas de la lagunera Enriqueta Ochoa y también del escritor e integrante del romanticismo en México en el siglo XIX; el saltillense Manuel Acuña, quienes sin duda alguna son dos de los más grandes estandartes que tiene la entidad para ofrecer a nivel internacional.
Enriqueta Ochoa, nació en la ciudad de Torreón un 2 de mayo de 1928, Hija de Macedonio R. Ochoa Rodríguez y Cesárea Benavides Montemayor. Pasó la infancia y adolescencia en su ciudad natal, es la segunda de seis hermanos: Celso, Enriqueta, Evangelina, Alfredo, Estela y Macedonio. Recibió su educación en casa con maestros particulares, pues su padre no creía en la formación religiosa y prefirió educarlos más libremente. Sus maestros particulares se encargaban de enseñarle francés, inglés y música; igualmente ella gustaba de leer libros clásicos grecolatinos, filosofía y literatura renacentista. Su abuelo fue también una figura importante que la acercó a la literatura desde edad temprana, obsequiándole libros como La Cabaña del tío Tom y Cumbres borrascosas.
Su padre contrató al maestro Rafael del Río, que instruyó a Enriqueta en la poesía, las formas clásicas del verso y la literatura universal. De esta forma a los 19 años de edad publicó su primer poemario: Las urgencias de un Dios (1947), que fue fuertemente criticado e incluso llamado escandaloso por su forma de tratar algunos temas, sobre todo de tipo religioso. Fue influenciada por Concha Urquiza, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Ávila. Estuvo también cerca de la literatura de Emily Dickinson y Elizabeth Barret Browning. Estuvo con sus hermanas en Madrid por ocho meses, donde conoció a Rosario Castellanos, Dolores Castro, Pedro Coronel, Dámaso Alonso y Gabriela Mistral, con quienes cultivó una gran amistad.
En 1979 recibió la Placa de Oro como Hija Predilecta de Coahuila, en reconocimiento a su obra. También fue galardonada con la Medalla de Oro Bellas Artes en 2008. Como un homenaje al trabajo literario de la poeta, desde 1994 el Ayuntamiento Municipal de Torreón, a través de la Dirección Municipal de Cultura, convoca al Concurso Nacional de Poesía “Enriqueta Ochoa” con el fin de impulsar la labor artística de quienes escriben poesía en el país, finalmente tras sufrir una trombosis intestinal, murió el 1 de diciembre de 2008, en su casa en la Ciudad de México, a los 80 años de edad, aquí te dejamos algo de su obra para que la conozcas.
Hablar de Manuel Acuña, es hablar de su poesía llena de dolor, sufrimiento, agonía, desesperación y resignación, fases para curar un corazón roto y uno de los indispensables a la hora de buscar recordar aquel amor que ya no está más, pues su vida, se truncó joven, pues a los 24 años decidió ponerle fin, se dice, tras sufrir un desamor con una mujer llamada Rosario De la Peña, a quién le dedicó sus últimas líneas en el reconocido "Nocturno", poema que fue su carta de suicidio.
Nació en Saltillo, Coahuila, el 27 de agosto de 1849. Era hijo de Francisco Acuña y Refugio Narro. Recibió de sus padres las primeras letras. Estudió en el Colegio Josefino de la ciudad de Saltillo y alrededor de 1865 se trasladó a México, donde ingresó en calidad de alumno interno al Colegio de San Ildefonso, donde cursó Matemáticas, Latín, Francés y Filosofía. En 1868 inició sus estudios en la Escuela de Medicina.
Durante sus años de participación en tertulias literarias conoció a Ignacio Manuel Altamirano, Agustín F. Cuenca y Juan de Dios Peza. Su carrera literaria fue breve, aunque fructífera. Comenzó en 1868, con una elegía a la muerte de Eduardo Alzúa fundó la Sociedad Literaria Nezahualcóyotl en uno de los patios del Ex convento de San Jerónimo, que le sirvió para dar sus primeros pasos como poeta. Publicó algunos de sus poemas en el suplemento del periódico La Iberia.
Se enamoró perdidamente de Rosario de la Peña, que también fue admirada por José Martí y Manuel M. Flores, y esa fue la presumible causa de su suicidio, mediante envenenamiento con cianuro el 6 de diciembre de 1873, unto con la extrema pobreza, a pesar de que el poeta, dejando a su corta edad un sin fin de poemas que son mundialmente reconocidos y que aquí te los dejamos para que los dediques.