Torreón, Coahuila.- “El Rey del Danzón”, Javier Pérez Rodríguez, con casi 80 años de edad, refleja la fortaleza de un roble, un hombre que le entregó su vida al baile de salón, el Caleidoscopio, es un aderezo especial que complementa la vida este personaje que ya se es una leyenda viviente que forma parte de los íconos de la Comarca Lagunera.
En una humilde casa ubicada cerca del poniente de Torreón en la cual Javier llegó a los siete años de edad de la mano de sus padres, ahí se gestó la historia del Rey del Danzón, donde desde pequeño fue notorio su desempeño por darle una lectura adecuada a la música de cualquier género.
“He dado 7 mil clases, llevo 2 mil en Lerdo, he bailado con 70 mil mujeres, les he dado clases a artistas, a muchos artistas, he ganado 17 concursos invictos, toda mi vida ha sido puro baile, mi nombre es Javier Pérez Rodríguez, tengo 77 años”, explicó en una leve introducción este hombre impresionante.
Don Javier, relató que en sus inicios, él y su amada esposa, María del Carmen Mireles, que en paz descanse, eran conocidos como 'la pareja que baila bonito', empezó a bailar en 1967, sus primeros pasos se los enseñó un tío que era bailarín en el Teatro de México, “Raúl Pérez García, le decían pasos largos y él venía y practicaba el baile y de niño me decía que me formara para que bailáramos todos con él, ahí fue donde me empezó a decir cómo era el baile”.
Oficialmente Javier, reconoce que al principio él comenzó a descubrir que bailaba bien, “mi iniciación en el baile es cuando aprendí la técnica y la coordinación. Hicieron un casting para una obra de teatro titulada ‘El perjuicio que causa el tabaco’, era un monólogo, el primer actor era Antonio Luévano, quien también ya falleció, yo participé en ese grupo y me quedé en la obra de teatro y el director de ahí era Armando Medina, ahí es donde yo aprendí a bailar el baile de salón en el año de 1969”.
El Rey del Danzón, comenzó enseñando los trazos para fiestas de 15 años, en estos primeros trabajos se ganó la vida con los primeros ingresos de aquellos años; “me pagaron cien pesos más o menos”, indicó. Llegó a ganar hasta 15 mil pesos por presentar exhibiciones de baile, de esta forma fue poco a poco ganándose la vida, “es una cosa que me emocionaba mucho porque yo nunca pensé que bailando me iban a dar boletos de ida y vuelta con reservaciones en suites y comidas exclusivas; para mí era un mundo”, citó el Rey del Danzón.
Con un radio pequeño convencional, en una de las habitaciones donde él vive, la charla con Javier se desarrolló con aderezos musicales de la década de los 60’s, 70s y 80’s, con olor a antaño y añoranzas vividas al lado de su amada mujer, quien fue su alumna de baile y su amor para siempre.
Ante la necesidad de con una pareja de baile, Carmen se convirtió en su esposa a los 18 años, a partir de ahí, Carmen y Javier se convirtieron en la pareja que baila bonito.
“Se llamaba María del Carmen Mireles Martínez, tuvimos 2 hijos, Raúl Pérez Mireles y Javier Pérez Mireles, ella murió hace cuatro años en el 2020, este próximo 17 de mayo cumple cuatro años que partió; murió de un infarto, aquí estaba sentada conmigo, en tres segundos, o cuatro segundos, me dijo mi señora, dame agua, entonces se o di, iba a tomar así y ya falleció”, explicó el Rey del Danzón.
Con sus ojos llenos de tristeza reconoce que lo que es él es por ella, por María del Carmen, “Ella me enseñó muchas cosas”, admitió.
En el tema del baile, Javier Pérez, fabricador junto a su amada del Caleidoscopio, compartió otro aspecto importante de su vida, que tiene que ver con la última vez que bailó con su amada esposa que fue en el Teatro Alberto M Alvarado.
“Bailamos la pieza, Llamarada, fue la última pieza que bailé con ella”.
Para Javier su especialidad ha sido el Baile de Salón, “la música de orquesta que es la que yo bailo”, destacó.
El Rey del Danzón estará cumpliendo 57 años como maestro de baile, actualmente, ante la partida de su esposa, su pareja de baile es, María de los Ángeles Macías Adame quien además es la directora de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de Lerdo, Durango.
Para Javier, el baile es lo mejor que le pudo haber pasado en su vida, bailar lo mantiene vigoroso y con ganas de seguir bailando, con más de 100 reconocimientos dejará un legado importante en la vida del baile de salón.
