Originario de algún territorio en lo que hoy es Liberia y Benín, Thomas Fuller fue un hombre con una impresionante capacidad para hacer cálculos matemáticos con su mente, tanto que era conocido como “la calculadora de Virginia”.
Se dice que Thomas llegó a Virginia en 1724, luego de ser vendido como esclavo a un par de agricultores analfabetas cuando solo tenía 14 años de edad. De inmediato, el joven Fuller mostro tener la habilidad del cálculo.
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Las historias sobre su gran habilidad comenzaron a difundirse por el largo de la costa Este en los Estados Unidos, en las que se argumentaba que Thomas había admitido que como esclavo no podía recibir educación en Estados Unidos, por lo que no era posible que hubiera adquirido así su destreza con los números.
Fue gracias a su testimonio que se pudo comprobar que los afroamericanos esclavizados tenían la misma capacidad mental que los blancos, despertando discusiones en favor de la postura abolicionista.
Para 1780, cuando Thomas tenía 70 años, William Hartshorne y Samuel Coates de Pensilvania lo visitaron para hacerle algunas preguntas y confirmar lo que se decía sobre él.
La primera pregunta que se le hizo fue cuántos segundos había en un año, este respondió brevemente “31.536.000 segundos”. Después se le cuestionó cuantos segundos vivía un hombre que tiene 70 años, 17 días y 12 horas, al cabo de un minuto y medio respondió “2.210.500.800 segundos”.
Tras responder esto último, uno de los presentes que se encontraba realizando los problemas en un papel le mencionó que el resultado era incorrecto, a lo que Thomas contestó: “Qué va, olvidaste los años bisiestos” probando a todos que no estaba equivocado.
Fuller murió en 1790 a los 80 años de edad, y aunque su historia no es tan popular, se le reconoce como lo más parecido a una calculadora humana.