No existen muchos motivos para que en Buffalo se puedan ilusionar con los playoffs.
En la agencia libre traspasaron a su quarterback titular (Tyrod Taylor) y tomaron a uno experimentado (A.J. McCarron) para respaldar al novato (Josh Allen). Pues el plan se vino abajo en la pretemporada. McCarron se lesionó la clavícula y se perderá todo el año por lo que desde ya, el egresado de Wyoming tendrá que tomar las riendas de la ofensiva.
A favor del joven pasador tiene un ‘backfield’ estelar con dos corredores que sumarán muchas yardas terrestres. En primera instancia el estelar LeSean McCoy, la cara de la franquicia, y para respaldarlo llegó el experimentado Chris Ivory. Por aire Kelvin Benjamin y Zay Jones son buenas piezas.
En la defensiva mantienen un núcleo sólido, capaz de consolidarse como una de las mejores de la NFL. Kyle Williams, Trent Murphy, Lorenzo Alexander y el recién llegado Vontae Davis, son jugadores más que confiables para subir sus registros.
Al igual que Delfines y Jets, a los Bills les toca vivir a la sombra de los Patriotas, mientras siga la dupla de Bradyy Belichick.
Por lo pronto, Sean McDermott tendrá la encomienda de facilitarle las cosas a Josh Allen y esperar que el pasador responda a las altas expectativas depositadas sobre su brazo derecho.