Lerdo,Durango.- Andrés Roca Rey se llevó el triunfo del espectacular e histórico mano a mano con Arturo Gilio, al cortar el matador peruano tres orejas, por dos del ídolo lagunero, en una tarde inolvidable en la Plaza de Toros Alberto Balderas de la llamada Ciudad Jardín, la cual presentó un lleno impresionante para disfrutar del show taurino de primer nivel.
Andrés Roca Rey, vestido de tabaco y oro, recibió a “Soñador”, ejemplar de Peñalba de 460 kilos, con derechazos y llevó al toro a donde quiso, mostró su valentía y el por qué está considerado dentro de los mejores matadores del mundo a su 26 años. Lo terminó a la primera estocada, el Juez de Plaza le otorgó una oreja.
El segundo toro, de nombre Bohemio de 465 kilos, fue para el lagunero Arturo Gilio. El morlaco negro, pinto de pecho, patas delanteras débiles y una trasera quebrada, no fue del agrado del público, permitiéndose un cambio, llegando Debutante, de 480 kilos.
Arturo lo recibe bien, con autoridad, mostrando que se ha preparado para estar con su gente. Vestido de luces doradas y piel blanca, bien plantado, pidió que lo picaran poco para enfrentar con todo a su rival.
La gente pidió que él pusiera las banderillas y así lo hizo. Valiente, entregado, contento ante su gente. Las terceras las puso cortas en una danza al ritmo de la “Filomena”. Pero Arturo sabía que la gente estaba ahí por él, por eso se lo dedicó a cada uno de los presentes.
Lo recibió a portagayola en el primer tercio. El público metido, en silencio a la expectativa del lagunero que mostró su madurez como matador de toros.
En el tercer tercio le hizo unas manoletinas, pero en la primera estocada le tocó la parte interna del muslo. Aunque se resintió, se levantó para volver a intentarlo. A petición del público, el Juez de Plaza le dio una oreja.
El tercer toro, Rebujito, de 468 kilos, fue el segundo para Roca Rey. Bravo, entero. El picador cayó ante la embestida, se pegó en el burladero pero no fue nada de cuidado.
Andrés no se quiso quedar atrás y abanderilló el segundo de la tarde. Le acompañó el lagunero Arturo Gilio, Andrés falló, Arturo las colocó bien. Las terceras las colocó bien y se llevó el aplauso de los de casa.
Roca Rey no se quiso quedar atrás y en sus faenas recibió a su rival a portagayola, pases naturales de derecha. Se plantó de frente al toro con autoridad y metió a los amantes de la tauromaquia de lleno. Desdeñó a su rival y se preparó para acabar con él. Lo derribó en su primera estocada, Rebujillo se negaba a caer, se fue por el burladero y cayó en la puerta de toriles. Andrés tuvo que ir a sacarle la espada para que muriera. El juez le concedió dos apéndices.
Para cerrar la tarde, apareció Don Alán, de 490 kilos. Arturo lo recibió igual que al primero, de rodillas, en él los medios y no en la puerta de toriles.
La gente pidió abaderillara, las primeras no las colocó bien; pero Andrés sí. Las terceras la colocó bien, a un costado de las del peruano. Banderillaron ambos diestros; brindó toro a porra taurina de sol, valiente con muletazos de espaldas. Faena que fue mejor por izquierda, finalizó de rodillas, pinchó, gran estocada al segundo intento, pero no fue suficiente, descabelló y se llevó una oreja.