Torreón, Coahuila. - Arturo Gilio Quintero estará en esta tierra que lo vio nacer hasta el próximo mes de febrero, cuando regrese a España a seguir forjando su carrera como novillero profesional y en un futuro no muy lejano, matador de toros.
Durante el año tuvo actuaciones sin caballos en España, Francia y como novillero en Colombia y Perú. El joven con grandes sueños de triunfo compartió como ha ido evolucionando.
Le acompañaron, los matadores en retiro Jorge Mata Carlos y Marco Antonio Camacho. Gilio, con una fisonomía más madura, nos recordó como inició como becerrista, luego novillero sin caballos y ahora novillero profesional.
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“Ahora soy un Arturo Gilio más maduro, más hecho. En Lerdo, en Mérida he tenido buenas tardes, pero las más felices son las vividas con mi tierra y con mi gente, con todos aquellos que me han visto crecer y triunfar. Soy el único novillero que queda y me toca llevar el peso de esta bonita afición”.
Reconoció que su llegada este año a España se avistaba complicada como debutante con caballos, “pero llegué para entrenarme más, esperaba más participaciones y el ver que no aparecía en los carteles me ponía triste”.
“Pero en septiembre cambió la etapa, corté dos orejas en mi debut; la semana siguiente otra novillada y luego la tercera en Zaragoza me cambiaron mi perspectiva y temporada siguiente. En Lima, Perú fue mi última novillada y es entonces que me empiezo a tomar las cosas más en serio”.
Reconoció que el estar solo y dedicado a un sueño le sirvió para crecer en lo que será su vida, no solo como torero, sino como persona, porque allá las vivencias son diferentes. “Estoy contento y a gusto, con los altibajos. He evolucionado mucho y de aquí a febrero seguiré preparando”.
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Gilio está a la víspera de tener una rehabilitación en una de sus manos, el Doctor Jorge Galván y su equipo médico estarán a cargo para que pueda llegar fuerte a Sevilla, pues quiere tener una temporada más intensa.
DE SU PADRE RECIBE CONSEJOS
Al compartir el pan y la sal, las pregunta de si quiere superar lo que su padre hizo, el novillero fue tajante, “Yo no me puedo basar en lo que hizo mi padre, cada quien viene a escribir una historia diferente. Pero sí recibo sus consejos y buenos deseos”.