Una de las malas costumbres que regularmente comenten los propietarios de vehículos al conducir es el uso que le dan al clutch, lo que podría deteriorar el estado de la máquina y con ello disminuyendo la vida útil del vehículo.
Lo primero que hay que puntualizar es que esta pieza separa el movimiento que se da del motor a la caja de cambios y posteriormente a las ruedas por lo que cundo no se pisa este pedal, el movimiento del motor se transmite a las ruedas mientras que cuando se utiliza se incomunica a las llantas del motor.
Uno de los principales errores es pisar el clutch a la mitad pues este comienza a friccionar al no ser total la transferencia de movimiento, hecho que provoca un mayor desgaste en cada uno de los componentes.
Otra de las fallas radica en apoyar el pie en el pedal, principalmente por la pereza de moverlo para colocarlo en el llamado “reposapiés”, que se ubica a la izquierda de la zona de los pedales y es que al hacerle presión, por mínima que sea, se genera que se desacople entre el disco del embrague y el motor, hecho que genera un desgaste de las piezas.
El pisar el clutch antes de frenar también puede generar una fricción innecesaria, pues aunque algunos recomiendas ir frenando hasta ver que la velocidad ha disminuido para meter el clutch algunos a enfrenar de momento, muchos presionan primero el embrague y posteriormente el freno.
Un hábito que muchos conservan es el de mantener pisado el clutch mientras el semáforo se encuentra en color rojo, aunque esto es muy dañino para el embrague, sobre todo si se trata de una ciudad con mucho tráfico, el con el desgaste el disco disminuye su vida útil, pues se exige a las piezas un esfuerzo.
Algunos más lo utilizan como freno, pues mientras se encuentran bajando la velocidad pisan el clutch bajo la idea de que con eso se puede tener mayor control del vehículo, sin embargo esta práctica generará que se deba cambiar el embrague cada dos meses.
Finalmente, al no pisar el pedal del clutch hasta el fondo a la hora de realizar los cambios de velocidad es posible notar un crujido, señal de que está resultando dañado el mecanismo del embrague, por lo que se requiere pisar a fondo el pedal para que la palanca se pueda mover suavemente, además de que una vez hecho el cambio el pedal se debe soltar por completo.