Lerdo, Durango.- Ernesto Javier 'Calita' se convirtió en el triunfador de la Corrida Navideña que se realizó la tarde de este martes en la plaza de toros 'Alberto Balderas', al cortar tres orejas. El español Pascual Javier cortó un par.
Abrió plaza "San Ernesto" de 480 kilos, de la ganadería de Pepe Garfias, negro, bragado, capacho, recibido por Ernesto Javier "Calita", vestido de oro, negro y ostión. Breve con capote y tras un puyazo efectivo, terribles banderillas; con la muleta metió en sus terrenos al astado que acudía noble y humillando, largos derechazos calaron hondo en los aficionados que respondieron con palmas, llevando el matador al animal, de los medios a las tablas, coloca estocada caída y el noble animal termina por caer, se le otorga una oreja al mexiquense.
Siguió "Benefactor", de 448 kilogramos, negro zaino, paliabierto, Pascual Javier, vestido de oro y azul marino, recibió con par de faroles de rodillas que levantan al respetable de los tendidos, el toro brincó las tablas, pero quedó en susto para los subalternos. Colocó el picador un puyazo trasero y las banderillas son dispares, tras brindis al respetable, batalla con un toro distraído al que logró hilvanarle alguna tanda, cerrando con certera estocada en la cruz, que le valió una oreja.
De la puerta de toriles salió "Altruista", de 470 kilogramos, castaño, cornicorto, recibido por "Calita" con vistosos lances a pies juntos a en los medios, cede al picador y el toro embiste con tal fuerza que derriba al caballo, levantándose para colocar limpio puyazo ante el aplauso generalizado.
Tras un solo par de banderillas, ejecutó el matador una faena sentida en los medios, con naturales, la dosantina y los pies bien plantados en la arena, muy noble el toro por el lado derecho, coloca una estocada tendida, pero suficiente para que el toro se despida de su existencia, reconocido con arrastre lento, mientras el matador recibió 2 ovacionadas orejas.
Cerró plaza "Pango", de 475 kilos, castaño, bocinero, paliabierto, recibido por Pascual Javier con faroles de rodillas para luego llevarlo a los medios y probar su fiereza, pasando el astado por ambos lados del capote. Voluntarioso con la muleta, Pascual Javier se encontró con un enemigo tozudo, al que debió buscar para propiciar la embestida, yendo de los medios a las tablas, con magros resultados, finalizando la faena con media estocada que hizo efecto, recogiendo el matador una oreja.