La Laguna.- Originario de Lerdo, Durango, Daniel Alberto Cruz Ramírez, acaba de poner y representar a La Laguna escalando al punto más alto de México: el Pico de Orizaba.
Tiene 35 años de edad, estudió en la Universidad La Salle de Gómez Palacio y actualmente vive en Naucalpan, Estado de México, en donde se desempeña en el Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM) , en el Centro de Atención Regional, Valle de México.
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Además de su desarrollo profesional, también lleva tiempo haciendo triatlón, de hecho, el próximo 23 de abril competirá en Texas, en un evento denominado ‘Ironman’ y organizado por World Triathlon Corporation, que consiste en 3.8 kilómetros de natación, 180 kilómetros de ciclismo y un maratón de 42 kilómetros.
Este tipo de deportes, en modalidad de alto rendimiento, tiene practicándolos más de cuatro años y gracias a su experiencia y amistades, recibió una invitación para escalar el Pico de Orizaba.
“Hice un grupo de amigos con los que hace dos años participamos en una carrera que se llama ‘Ultraman’, que dura tres días, y hace unos días mandaron un mensaje de texto que invitaba a ir al Pico de Orizaba. Me puse a investigar, vi una fotografías, vi el paisaje, me enamoré y decidí levantar la mano para estar ahí”, compartió Dany Cruz.
Es por eso que el pasado sábado salió de la Ciudad de México rumbo al campamento de reunión en Orizaba, en un viaje de cuatro horas, más otras dos horas y media en vehículos todo terreno hacia el volcán.
Al llegar a la montaña, instaló su casa de campaña y recibió una plática-capacitación sobre el uso del equipo de seguridad, además de llevar a cabo una caminata de hora y media para aclimatarse a la altura y temperatura.
“La caminata es para que el cuerpo se vaya aclimatando por la altitud, como falta de oxígeno y mareo, lo que se conoce como ‘mal de montaña’”.
“Una vez que concluyó la caminata, regresamos al campamento base, tuvimos una cena de carbohidratos con consistió en papa y espagueti, además de pollo. De ahí, pudimos descansar hasta las 11 de la noche y después despiertas para empezar el ascenso”.
En los primeros minutos del domingo inició el ascenso a una temperatura de -10 grados centígrados y fuertes ráfagas de viento.
“Sales de madrugada con una lámpara en el casco, porque no se ve absolutamente nada, todo está oscuro. De ahí a la cima son aproximadamente ocho horas, porque el paso es muy controlado para evitar que las condiciones empiecen a afectar el organismo”.
Ya en el camino lo más difícil es el aspecto mental, pues para evitar agitarse se les indica que no deben hablar con nadie y solo enfocarse en subir.
“No hay partes planas, todo es ascenso. Lo más difícil es lo mental, pues la preparación física se puede ir trabajando. Vas en medio de la oscuridad, entre piedras, sin saber qué es lo que espera en el próximo paso”.
“Lo que si se ve espectacular es el cielo, con las estrellas, la luna y hasta los planetas se ven”.
Sin embargo, las cosas se empezaron a complicar, pues el agua que traía para tomar se congeló. Además, empezó sentirse mal y a vomitar, por lo que se quedó en donde comienza el glaciar, a una altura de cinco mil 636 metros sobre el nivel del mar, es decir, a 500 metros de la punta de la montaña.
También le tocó ver gente que se quitaba la ropa y el equipo de protección porque le daba calor, pese a estar a menos cero grados.
“Ahí, una persona con una condición física promedio tarda tres horas y media en subir los 500 metros, pues la inclinación es de 45 a 50 grados”.
“Decidí llegar hasta ahí por mi seguridad, pues no me sentía hidratado ni con la suficiente glucosa ni carbohidratos como para aguantar otras tres horas y media a un ritmo que representaba un riesgo por el sueño que tenía, el dolor de cabeza y el mareo”.
Aunque le faltó poco para hacer cumbre, el punto hasta el que Daniel Alberto Cruz Ramírez llegó está más alto que cualquier otra montaña del territorio nacional.