Torreón, Coahuila.- El volante de Santos Laguna Carlos Emilio Orrantia Treviño está confinado en su casa de Torreón, esperando que pase la contingencia sanitaria. Por pronto nos comparte detalles de su aislamiento, pero el que más llama la atención es el recuerdo y respeto que tiene por Jared Borgetti, el que es y será siempre su ídolo.
Recuerda que de niño un día le tocó ir a un cena donde estaban él y Rodrigo Ruíz, “Fue en la ciudad de México, cuando estaban en su mejor momento. Es más todavía debe estar la playera en casa de mis papás”.
“Lo recuerdo mucho porque nos acercamos a Borgetti para pedirle un autógrafo, los papás se disculparon con él por interrumpirlo y recuerdo muy bien lo que les dijo, ‘no se preocupen, siempre voy a tener tiempo para los niños”, ese fue un gesto que a mí me marco y lo recuerdo hasta la fecha porque demuestra sencillez, humildad y respeto. Hay figuras que te marcan para siempre”.
Además dijo que en su estadía en Santos ha logrado visualizar que aquí esa es una parte esencial, “Estos valores son los que el club siempre intenta demostrar y me gusta”.
Desde su aislamiento, además de entrenar diario para no perder la condición, le gusta ver películas, series, leer por las noches, jugar por las noches nintendo y playstation.
Torreón se ha convertido en un lugar especial para el Charal y nos comparte por qué, “El estadio me gusta mucho, mi novia. La calidad de vida que te da la Laguna; además de sus lonches que se me hacen muy ricos”.
Compartió además su gusto por el ceviche de camarón, “Mi papá lo hacía desde que yo era niño. Él es de Los Mochis, Sinaloa y prepara un ceviche de camarón y le queda muy bien, nunca me ha pasado la receta como tal, lo he intentado hacer dos tres veces para igualarlo o mejorarlo”.
“Comerlo aquí es especial, lo disfruto mucho por el calor que hace. Los ingredientes que lleva son pepino, cebolla, camarón, muchísimo limón, chile, obviamente las tostadas y mayonesa”.
Porqué le dicen 'Charal'
En su videoconferencia, Emilio también dio a conocer con detalle porqué le dicen ‘El Charal’. “Desde la secundaria me dicen así, me acuerdo que en un juego que realizaba con chavos de prepa en el receso; como estaba muy flaquito y chaparrito me colgué de la espalda de un amigo para que no pasara porque nos iban ganando. Él era de prepa y era más alto y alguien gritó, ‘Parece un charal a lado del gordo’ y desde ahí se quedó, en la escuela y hasta la fecha”.