Lerdo, Durango.- Federico Pizarro se convirtió en el triunfador de la gira del adiós que se presentó la tarde de este sábado en la Plaza ‘Alberto Balderas’ al cortar una oreja de los astados a los que se enfrentó.
Una gran tarde llena de arte y nostalgia fue la que se desarrolló en la Plaza de Toros ‘Alberto Balderas’, donde los amantes de la fiesta brava despidieron a los diestros Federico Pizarro y Alfredo Ríos “El Conde”.
De los cuatro toros que se lidiaron, sólo uno fue el que embistió y Federico Pizarro pudo lucir para llevarse una oreja y ser el ganador del festejo y de paso se llevó el trofeo “Toro Bravo” que otorgó la empresa organizadora de este especial mano a mano.
Hubo una buena entrada en este coso de gran historia y tradición; salió Alfredo Ríos para lidiar a un astado que embestía, pero se iba de largo. “El Conde” se vio voluntarioso, trató de sacarle el mayor jugo posible al toro, dándole una faena muy variada, pero pinchó y sólo saludó al tercio entre palmas.
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Tocó el turno a Federico Pizarro, quien entró toreando una verónica con mucha clase, dio un quite por gaoneras que le fueron muy aplaudidas. Con la muleta toreó por ambos lados con gran temple, finalmente dio una gran estocada hasta las cintas para que el juez de plaza, José Luis Orozco, le otorgara una oreja.
El tercer astado de la tarde fue para “El Conde”, un toro complicado que se quedaba parado, estuvo voluntarioso, con muchas ganas de lucir, pero su rival se vio poco participativo, la afición le pidió una vuelta al ruedo que amablemente dio, para irse entre palmas en su despedida de La Laguna.
Cerró plaza Federico Pizarro, toreó un par de verónicas, dio un quite por chicuelinas antiguas. Se vio muy valiente y voluntarioso, pero el astado se quedaba parado, sin ganas de ir al engaño.
Al final la gente terminó ovacionando a los dos toreros que dieron la vuelta al ruedo entre palmas, para después, Pizarro obtener el trofeo “Toro Bravo” que lo acreditó como ganador de este festejo.