Torreón, Coahuila. – Corría el verano de julio del 2007 cuando la directiva de los Guerreros del Santos Laguna anunciaban la contratación de un joven delantero de nacionalidad ecuatoriana, quien venía de hacer grandes cosas con el equipo de El Nacional de su tierra natal, ante esto se generó gran expectación pues en los entrenamientos se podía ver a un jugar intrépido, dinámico, contundente y con una gran condición física.
Con 58 goles en su paso por los Guerreros, el atacante sudamericano demostró desde su primer juego todas las habilidades que se hablaba poseía, así como la velocidad, técnico y buen golpeo con el balón y fue el 5 de agosto que hizo su debut y como titular en el ataque junto con Matías Vuoso un consagrado de la afición lagunera quien desde el primer momento lo cobijó de buena manera y rápidamente se entendieron a la perfección, demostrando que los Guerreros tenían un ataque seguro y eficaz, aquella tarde en el viejo Corona ante Cruz Azul, Ludueña se encargó de par de anotaciones que les dieron el triunfo.
Pero fue exactamente siete días después que la primera diana para Benítez llegó, cuando al minuto 42’ de tiempo corrido y después de un tiro de esquina, el ecuatoriano se elevó y con un buen testarazo doblegó la portería custodiada por Hernán Cristante para poner en ventaja a los laguneros.
En ese año el delantero logró fraguar siete anotaciones, pero sin duda fue el Clausura 2008 en donde se ganó a la afición lagunera con buenas actuaciones bajo el intenso sol a las cuatro de la tarde, pues con 10 anotaciones contribuyó para que los de La Laguna consiguieran su tercera estrella en la historia.
Un año después emprendió una aventura a Europa de la cual volvería con más fuerza y más habilidades, ayudando a los Guerreros a llegar a otra final en el torneo Bicentenario 2010, en la cual cayeron ante los Diablos Rojos de Toluca, pero en la cuenta personal el ecuatoriano consiguió su primer título de goleo con 16 tantos en lo que sin duda fue uno de sus mejores torneos en nuestro balompié.
Fue así que Benítez emigró de nueva cuenta de Santos Laguna, pasando a uno de los rivales más odiados como lo es América, en donde ‘El chucho’ consiguió un título más en el futbol de México y además un tricampeonato de goleo para hacer su leyenda aún más grande en el territorio nacional, la cual forjó con escapadas desde media cancha, velocidad, buen golpeo de balón y un olfato sin igual para el gol.