Torreón, Coahuila. – “No hay color, no hay crónica ni estadísticas… hay consternación, enojo y coraje, miedo, temor”. De esta manera se describía lo ocurrido aquel 20 de agosto del 2011 en el Territorio Santos Modelo (TSM), donde el partido entre Santos Laguna y Monarcas Morelia tuvo que suspenderse por un hecho inolvidable tanto para aficionados como jugadores, cuerpo técnico, guardias de seguridad y todo aquel que estuvo presente cuando las detonaciones de armas de fuego apagaron el ambiente familiar y de diversión que se vivía.
Era la jornada seis del Torneo Apertura. Todo marchaba con normalidad en las gradas, mientras que en el terreno de juego los Guerreros, en ese tiempo dirigidos por Diego Cocca, tenían la necesidad de ganar y sumar los tres puntos de la competición ante un equipo que llegaba en condiciones similares. Nadie se imaginaba que ese espectáculo denominado futbol, se mancharía con la violencia que azotaba a la ciudad de Torreón, en Coahuila.
Corría el minuto 39 de la primera mitad. El marcador se mantenía en ceros y Monarcas Morelia, a cargo del técnico Tomás Boy, se preparaba para armar una jugada de peligro. De pronto, uno de los abanderados y Federico Vilar, arquero del conjunto visitante, comenzaron a correr con dirección al túnel que conduce a los vestidores alertando a todos sus compañeros, que sin pensarlo tomaron la misma medida al escuchar los disparos.
“Nos quedamos inmóviles. Yo estaba en media cancha y veo pasar al abanderado corriendo a un lado de mí. No me caía ‘el veinte’. De repente vi a Federico Vilar muy cerca y ahí es donde empezamos a correr hacia el túnel. Todos gritábamos que eran disparos”, recuerda Juan Pablo ‘el Chato’ Rodríguez, exjugador de los alviberdes.
Algunos espectadores optaron por permanecer escondidos debajo de los asientos. Otros prefirieron resguardarse en la zanja que separaba las gradas de la cancha, donde se colocaban los anuncios publicitarios; mientras que aquellos que entraron en pánico, después de unos minutos, se dirigieron hacia el estacionamiento subterráneo por el túnel que conduce a los vestidores: “Llegó un punto en el que las camillas de masajes se volvieron de terapia, la gente estaba muy mal”, dijo ‘el Chato’.
Cuando todo comenzó a volver a la normalidad, el sonido local invitó a las personas a retirarse del campo hacia sus lugares. Alejandro Irarragori, en ese entonces presiente de Club Santos, y Oswaldo Sánchez, que era el capitán, salieron a hablar con los hinchas para agradecer la forma en la que tomaron las cosas: “Me siento sumamente orgulloso de ustedes como afición, del comportamiento que tuvieron ante una crisis grave, ante momentos muy difíciles que sean quedado en sus corazones”, expresó.
Por su parte, Oswaldo quien fue de los primeros en dirigirse hacia las tribunas para proteger a sus seres queridos, revivió el hecho como algo repugnante no solo para el futbol, sino también para la sociedad en general: “Vi a Federico Vilar corriendo de un lado a otro y yo simplemente le dije a Baloy que había balazos; él se tira al suelo. De inmediato salí hacia la tribuna donde estaba mi familia para protegerla. Al abandonar el estadio me dio tristeza y lloré por la impotencia que sentí. Me dio temor, es la realidad”.
El partido quedó suspendido. Por fortuna las autoridades reportaron saldo blanco y según la versión oficial Jesús Torres, quien fungía como Fiscal General de Coahuila, se trató de un acontecimiento a los alrededores del TSM donde un grupo de sujetos que circulaban en tres camionetas no obedecieron a un alto que les marcaron los policías municipales, reanudando la marcha a mayor velocidad.
Tras lo anterior, comenzaron a disparar contra las autoridades que estaban en el lugar y enseguida se inició una persecución. Esto, en la carretera que va de Torreón a Francisco I. Madero dejando como saldo una agente herida: “Los hechos como se dieron no obedecen a un ataque, a la afición, al deporte, a las instalaciones o a lo que representa el TSM”, externó Eduardo Olmos, exalcalde de Torreón.
VERSIÓN DEL SUBSECRETARIO DE GOBIERNO FEDERAL
La Fiscalía General del Estado, por parte del Subsecretario de Gobierno Federal, Juan Marcos Gutiérrez, describió el ataque como una agresión contra el jefe de la Policía Municipal en las inmediaciones del recinto deportivo.
Por su parte, periodistas y camarógrafos que asistieron al partido indicaron que los balazos se presentaron más cerca del estadio: “Claro que sí hubo balazos muy cerca. Muchos dijeron que las balas desde afuera traspasaron los palcos, pero yo los sentí más cerca. Incluso, me toco escuchar una versión donde se metieron al elevador y bajan hasta el lobby, rumbo al estacionamiento, y se fueron”.
Pasaron 10 años de aquel momento por el cual Torreón se robó las miradas a nivel mundial. Lo ocurrido fue calificado como algo insólito, indescriptible, y más por haberse suscitado durante un evento deportivo. Justino Compeán y Decio de María, que en ese momento se desempeñaban como presidente y secretario general de la Federación Mexicana de Futbol, hablaron frente a los medios de comunicación expresando lo siguiente:
“Para nosotros es una noche de contrastes, una noche de mucha tristeza en Torreón. Hay sentimientos encontrados y desde luego que queremos unir esfuerzos porque nuestro lema siempre será ‘Juego Limpio’, en la cancha, en la tribuna y a las afueras del estadio, por lo tanto, tenemos que estar unidos contra la violencia y levantar la voz”.
Hubo balazos que pegaron en la malla, en las puertas de las gradas, y dices: ‘Esa bala le pudo haber pegado a alguien’. Diez años después podemos contar que no pasó mayores
Iván ‘el Guty’ Estrada, exjugador de Santos Laguna
Estos hechos nos recuerdan una y otra vez que los criminales son los enemigos del país, de nuestras leyes y de la sana convivencia de las familias. Por eso debemos combatirlos
Felipe Calderón, expresidente de México