Muy emotiva fue la ceremonia de inmortalización del primer lagunero en la Plaza del Aficionado en el Territorio Santos Modelo. Oribe Peralta Morones mostró el cariño que le tiene a sus padres y a su familia y les dio la gracias por todo le dieron.
Llegó, con un saco amarillo con líneas a cuadros azul marino. Pantalón azul con dobladillos y zapatos cafés.
Desde que tomó el micrófono su voz estaba entrecortada. De los dos minutos en los que habló, los más importantes fueron en la recta final, “Creo que esa imagen que está ahí no es Oribe Peralta. Es, cualquier persona lagunera que quiera superarse. Les pido que no se conformen con el lugar en el que creció o en el lugar en el que nació. Ese es el reflejo de portar el espíritu guerrero todos los días”.
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Y siguió de largo, “Para mí el jugar futbol ha sido un regalo. El jugar en Santos Laguna ha sido vivir mi sueño, pero la única meta que yo tenía desde niño era ser como ese señor que está ahí (y apunto a su padre que estaba sentado en el primer lugar de la segunda fila) mi papá. Esa fue mi única meta toda la vida y lo sigue siendo. Comportarme con la integridad de él. Y eso fue inculcado por mi mamá”.
En seguida su padre se puso de pie y sin querer o queriendo arranco los aplausos de quienes estaban ahí. En la primeras filas, el alcalde de la ciudad Román Alberto Cepeda y su esposa la señora Celina Bremen de Cepeda. Alejandro Irarragori y Laura su esposa, así como jugadores que con él se la rompieron en la cancha.
“Gracias a esas dos personas y a mi esposa y mis hijos, hoy soy la persona que soy, un guerrero que no se cansa de luchar, un guerrero que está orgulloso de ser verdiblanco”.
Dijo que el momento era por demás especial, refirió que el futbol le ha dado mucho más de lo que él dio en la cancha. “Hoy no tengo más que palabras de agradecimiento para todos ustedes, a la afición y hacia mi tierra”.
Vinieron para estar con él jugadores que compartieron experiencias en la cancha Iván Estrada, Rodolfo Salinas, José Antonio Olvera, Daniel Ludueña, Walter Jiménez y Marc Crosas que fue el maestro de ceremonias.