Los Pumas volvieron a ser humillados en casa, y esta vez su verdugo fue Santos Laguna, que les propinó un histórico 1-5 en la cancha del Estadio de Ciudad Universitaria.
Harold Preciado abrió el marcador con un doblete, mientras Fernando Gorriarán, Juan Brunnetta y Eduardo Aguirre cerraron la manita. El tanto de la honra auriazul fue de Juan DInenno.
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Ante las bajas de Arturo “Palermo” Ortíz y Eduardo Salvio, Lillini optó por mover el cuadro titular y el resultado fue que de los 5 refuerzos restantes para el Apertura 2022, solamente Dani Alves inició el compromiso.
Como es una costumbre en Ciudad Universitaria, Pumas inició con intenciones bastante ofensivas, pero la dupla de Diogo de Oliveira y Juan Dinenno chocaba con la pared defensiva lagunera en cada intento.
Jorge Ruvalcaba y Marco García fueron los más atrevidos, pero sus disparos no pudieron concretarse por la mala puntería y por el accionar de Carlos Acevedo en dos ocasiones.
La desesperación de los jugadores universitarios poco a poco se trasladó a las gradas de CU, y los gritos e insultos desde el público no se hicieron esperar, aunque se mantenía el 0-0. Sin embargo, la verdadera debacle está por comenzar.
Tras un centro por la izquierda Harold Preciado logró conectar de cabeza en el área chica y abrió el marcador del Olímpico Universitario. A los pocos minutos Hugo Rodríguez conseguía el segundo, pero fue anulado por el VAR.
Los Pumas, inoperantes en la transición del balón, sufrirían otro golpe más con el doblete de Preciado tras una calca de su primer tanto, pero ahora la asistencia provino desde la derecha.
El enojo colectivo finalmente explotó cuando al final del primer tiempo Jerónimo Rodríguez cometió penal sobre Jair González, y Fernando Gorriarán lo definió para el 0-3. Fue entonces cuando llegaron las mentadas de madre y abucheos a granel; los aficionados no discriminaron y ningún jugador se salvó de los insultos.
Para el complemento Andrés Lillini sacó a Jerónimo Rodríguez por Leonel López, y colocó a Dani Alves por la lateral derecha en busca de ajustar la posesión del balón, pero fue justo por ese sector que llegaría el cuarto tanto de los visitantes luego de que Juan Brunnetta se quitara fácilmente una barrida del brasileño y definiera ante la salida de González.
La fiesta en Ciudad Universitaria era lagunera. Los seguidores verdiblancos no eran más de 50, pero sus festejos, sus “olé, olé” y el “vamos guerreros” se escuchaban en todo el estadio por el silencio que provocaba el actuar de los locales, y también porque varios fanáticos felinos comenzaron a abandonar el recinto.
En busca de un milagro, Lillini dio ingreso a César Huerta y Gustavo Del Prete, y aunque crearon algunas oportunidades, Santos fue el que consiguió la manita cuando Eduardo Aguirre remató en el área chica luego de que Julio González rechazara el disparo de Javier Correa.
La única buena noticia para la UNAM fue que Juan Dinenno pudo romper su mala racha de no conseguir gol desde la jornada dos, aunque su cabezazo sólo sirvió para maquillar la paliza a domicilio.
Con el silbatazo final, el abucheó colectivo retumbo en el Olímpico; Dani Alves y Julio González fueron los más castigados por los aficionados, y los que señalan principalmente por su accionar.
Primero fue Cruz Azul y ahora Pumas, los grandes que en un momento acostumbraban a hacerse respetar, han quedado a deber en demasía.