Simón, un guerrero que ha sido olvidado

Cumplió con creces su compromiso profesional y lealtad a la institución albiverde durante 15 años

Sergio Luis Rosas | El Sol de La Laguna

  · lunes 10 de abril de 2023

“Estoy en calma, estoy en Paz con Dios y con la gente’’. Simón González Velázquez, ex Utilero de Santos Laguna. / Foto: José Vázquez | El Sol de La Laguna

En el mundo del futbol profesional, el utilero es un personaje imprescindible en un equipo de primera división del futbol mexicano, tanto en entrenamientos como en partidos oficiales de la Liga MX o juegos en el extranjero. Esta difícil función la cumplió Simón González Velázquez en Santos Laguna durante 15 años con gran compromiso profesional y lealtad a la institución.

Simón, como se le conocía entre jugadores, aficionados y reporteros de la fuente, llegó a la organización santista en junio de 1993 cuando los Guerreros hacían maletas para viajar a La Serena, Chile, a realizar su pretemporada previa al campeonato 1993-1994 al mando del técnico andino Pedro García Barros.

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Simón estuvo a punto de ir como emergente a esa pretemporada, pues al llegar el equipo lagunero a Santiago de Chile a fines de junio de 1993 se cayó el utilero José Haro al descender por la escalinata del avión y se pensó que había sufrido una fractura de tobillo derecho, por lo que el recién llegado Simón viajó a la ciudad de Monterrey en compañía del Lic. Gustavo de Villa a tramitar la visa correspondiente para que supliera a su compañero.

Al regresar ambos de la Sultana del Norte les avisaron que la lesión sufrida por José Haro había sido nada más una esguince de tobillo y Simón se quedó en casa, sin embargo, en la temporada siguiente, 1994-1995, asumió de manera oficial el cargo de utilero de Santos Laguna y viajó con el plantel a la pretemporada que realizó en varias ciudades de Colombia, entre ellas Santa Fe de Bogotá, Cartagena de Indias y Cali.

Hoy en día Simón González Velázquez atraviesa por una situación difícil: padece ceguera a consecuencia de una pesada tabla que cayó sobre su cabeza, es diabético e hipertenso. Vive en completa soledad, olvidado por amigos y familiares. En la actualidad es atendido por una vecina, quien se encarga de proporcionarle alimentos y estar al tanto de él.

Luz Adriana Zacarías de Reséndiz, vecina de Simón González, lo atiende de manera desinteresada y está al tanto de él. / Foto: José Vázquez | El Sol de La Laguna

Al enterarse de esta situación EL SOL DE LA LAGUNA acudió al domicilio actual del inolvidable utilero del Santos Laguna en el Fraccionamiento Loma Real III de esta ciudad, en donde lo encontramos en compañía de la Sra. Luz Adriana Zacarías de Reséndiz, su vecina.

"Ella - señalando a Luz Adriana- es parte de mi familia, ya la puse en mi testamento", dijo.

Muestra angustia y tristeza en su rostro, pero se anima con la presencia del reportero y fotógrafo de esta casa editora, a quienes saluda de manera atenta y amable. Son las 17:30 horas de un jueves de marzo y nos recibe en el porche de casa con su amabilidad característica.

Sus inicios en Santos Laguna

La llegada de Simón González a Santos Laguna coincide con la reestructuración de los Guerreros para enfrentar la temporada 1993-1994, la cual iniciaban en el último lugar de la Tabla Porcentual y con el inminente riesgo de descender a segunda división. Una temporada antes se había salvado milagrosamente, motivo por el cual se hizo una inversión millonaria en dólares para reforzarlo con jugadores nacionales y extranjeros de gran nivel.

Simón llegó junto con los refuerzos nacionales y extranjeros contratados para convertir a Santos Laguna en un equipo protagonista, entre los que mencionó al guardameta Olaf Heredia, Antonio “La Moca’’ González, Diego Silva, Juan Antonio “El Zurdo’’ Flores Barrera, Daniel “El Travieso’’ Guzmán por el bando mexicano; por la legión extranjera llegaron Héctor “El Ruso’’ Adomaitis, Antonio “El Turco’’ Apud, Richard Zambrano, Rubén Martínez, Lizardo Garrido y en la fecha 19 Ricardo Wagner de Souza por Garrido.

En seguida recordó a sus aguerridos amigos Héctor “El Pity’’ Altamirano y Adrián “El Grande’’ Martínez, a su “Flaco de Oro’’, Jared Borgetti, a quien acompañaba a comprar golosinas cuando jugaban en plazas foráneas.

- El “Pony Ruiz’’ -dijo- era muy serio y respetuoso. Otros grandes amigos míos fueron los guardametas Adrián Marmolejo, Olaf Heredia, José Miguel “El Gato’’ Zavladab, Tomás Adriano, los zacatecanos Gerardo Llamas y Francisco “El Panchote’’ González, y no podía faltar el lagunero Rubén “El Gato’’ Chávez (QEPD), entrenador de porteros.

“Como olvidar a mi gran amigo Salvador Mariscal, con quien trabajé durante varios años en su granja avícola después de haber salido de Santos Laguna y me ayudó a gestionar mi pensión del Seguro Social. Le vivo eternamente agradecido por el buen trato que me dio como patrón, pero sobre todo como amigo’’, dijo con la voz entrecortada.

¿Cuál era el jugador más travieso?

Pedro Muñoz -respondió sin titubear-, al final de un entrenamiento tomó el balón y lo despejó como si fuera portero haciendo blanco en la humanidad del Licenciado Luis Bretado, quien quedó tendido en el suelo e inconsciente a consecuencia del balonazo que recibió.

Recordó que “Pedrote’’ con las servilletas hacía bolitas y las disparaba cuando se daba cuenta que un compañero dormitaba con la boca abierta, haciendo blanco casi siempre.

Dirigiéndose al entrevistador dijo: “Acuérdese que cuando nos acompañó en la gira por Colombia en 1994, en una ocasión íbamos en autobús y usted dormitó, Pedro le abrochó los dos zapatos juntos y cuando quiso caminar para bajar del autobús se quedó frenado, así se las gastaba’’.

Otra broma que contó de Pedro Muñoz fue cuando le puso sal al té de manzanilla con crema que le preparaba habitualmente al entrenador chileno Pedro García, quien así se lo tomó y cuándo acabó de consumirlo, Simón le preguntó si estaba caliente. El técnico chileno le respondió que sí, pero estaba salado, siendo entonces cuando se dio cuenta de la travesura de Pedro.

Desde hace ocho años vive en completa soledad en una modesta vivienda del Fraccionamiento Loma Real. / Foto: José Vázquez | El Sol de La Laguna

¿Por qué no te jubilaste cuando te liquidaron en 2008 en Santos Laguna, pues ya tenías 62 años cumplidos y derecho a obtener a una pensión equivalente al 75 por ciento del salario que percibías en ese momento?

- Lo intenté, pero encontré una serie de irregularidades, me decían que tenían en Santos Laguna registradas a otras cuatro personas con mi nombre, lo cual nunca se aclaró e imposibilitó el trámite de mi pensión en ese entonces.

Además -reconoció-, me faltó una buena asesoría para tramitarla y recibir lo que ganaba en ese momento. Durante cuatro años me la pasé dando vueltas a la Delegación del IMSS y no pude arreglarla.

ROMPE EL SILENCIO

Sobre su salida de Santos Laguna contó que en el año de 2008, después de la coronación de los Guerreros en el Torneo Clausura de ese año fueron cesados el traumatólogo Ricardo “El Matracón’’ Luna, el médico de campo Jorge Galván Zermeño y el entrevistado.

Recordó con tristeza que en esa coronación no fueron tomados en cuenta para los festejos como debía ser por parte del entonces técnico Daniel Guzmán.

- Era un ambiente feo - recordó el entrevistado-, nos apartaron, Daniel nada más quería ser él. No quería convivir con nosotros tres. No estábamos a gusto con él. Fue una celebración a medias, no como en los tiempos de Alfredo Tena y Fernando Quirarte cuando el equipo fue Campeón en el Invierno 1996 y en el Torneo Verano 2001 y estábamos muy unidos.

“La soberbia de Daniel Guzmán se ponía de manifiesto cuando Santos Laguna iba a jugar a la plaza de Guadalajara, nos daba un trato muy diferente al de casa. Se quejaba mucho de nosotros tres porque según él éramos muy “respondones’’. Los Licenciados Gustavo de Villa y Albero Canedo nos aconsejaban que aguantáramos, no querían que nos fuéramos, pero finalmente “el cordón se rompió por lo más delgado’’ y salimos de la institución’’, contó con la voz entrecortada.

Reiteró: Daniel era una persona en Torreón y otra en Guadalajara. “Allá se creía el papá de los Pollitos’’. A mucha gente le caía mal su comportamiento.

La rehabilitación de RR

De manera especial recordó el difícil proceso de recuperación de Ramón Ramírez, como consecuencia de la triple fractura que sufrió en diciembre de 1992 en un partido contra América en el desaparecido Estadio Corona por parte del jugador Carlos Carrillo. Lesión que lo mantuvo casi un año alejado de las canchas. El nayarita superó la adversidad con gran entereza y disciplina en su tardada rehabilitación.

"Don Ricardo Luna -reconoció- me enseñó algo de traumatología y capacitó para poder auxiliar a Ramón Ramírez en su proceso de recuperación después de haber sido operado en Houston, Texas."

Simón González hizo un recuento de su paso por esta institución, de su amistad con varias generaciones de jugadores que contribuyeron a formar la grandeza de los Guerreros. / Foto: José Vázquez | El Sol de La Laguna

“Con un gancho especial le ayudaba a Ramón a estirar su tendón dañado. Era una curación muy dolorosa, Ramón lloraba, pero no se “rajaba’’. Buscábamos un lugar discreto en donde el equipo entrenaba, ya fuera en los campos de Nuevo San Isidro, Club España o en el viejo Estadio Corona. La curación era supervisada por los doctores Juan Manuel Torres Covarrubias, José Metlich Izza y el Dr. Flores, médico de campo’’, contó de memoria.

Ramón, como es del conocimiento público, logró recuperarse, retomó su nivel de juego y fue llamado por el entrenador nacional Miguel Mejía Barón a la Selección que representó a México por primera en una Copa América, celebrada en 1993 en Ecuador, en donde tuvo una gran actuación.

¿Qué pasó con tu sobrino Martín González?

- Estuvo un buen tiempo en el primer equipo en la época de don Pedro García, pero nunca debutó. “Nada más calentó banca’’. En esa época también estaba en espera de una oportunidad Lauro Castañeda, originario de Nazas, Durango, quien fue debutado en un partido contra Toluca en el Estadio Nemesio Díez en la temporada 1994-1995. Tengo conocimiento de que murió hace tiempo por atropellamiento en su pueblo natal.

De manera especial recordó a los jugadores paraguayos Marcelo “El Chueco’’ Ovelar, Luis Ramón Romero y Denis Caniza, con quienes llevó una gran amistad. Les preparaba un té negro guaraní, el cual traían ellos de su país natal.

¿Cómo fue que perdiste la vista?

- Vivía en mi casa de la Colonia Las Carolinas, cercana al Estadio Corona. Un buen día me puse a quitar del techo una tabla de las que se usan para el “vaciado’’. Por más lucha que hice no la pude quitar. Dejé de insistir y al rato me cayó sobre la cabeza, quedando inconsciente y tirado en el suelo buen rato, minutos después “volví en mí’’.

Empecé a perder la vista como consecuencia de ese golpe que recibí. Vendí mi casa de la colonia Las Carolinas en 200 mil pesos y en 2013 me fui a vivir a Loma Real uno, todavía no se agravaba mi problema’’, apuntó.

¿Qué pasó con el dinero que recibiste por la venta de tu casa y de la camioneta blanca en la cual transportabas la utilería del Santos Laguna a Santa Rita y al Aeropuerto Internacional de Torreón?

- Lo perdí todo por prestar dinero a amigos y conocidos en cantidades que iban de siete mil a 64 mil y hasta 96 mil pesos. Fui muy confiado y en menos de un año me quedé sin casa, camioneta y dinero.

¿Por qué no supiste administrar tu dinero?

- Me solté prestando dinero sin pensar. No se me ocurrió hacer una inversión pensando en el mañana. “Me volé’’, esa es la palabra exacta, y ahora lo lamento. Los deudores se esfumaron, pero eso se lo dejo a Dios.

Además, de este infortunio, se agravó su padecimiento de diabetes. El tratamiento que recibió fue incompleto, dejó de asistir a las citas con el Médico Familiar al Seguro Social.

Simón González Velázquez, Utilero de Santos Laguna durante 15 años, atraviesa actualmente por una difícil situación: padece ceguera, diabetes, desnutrición y abandono familiar. / Foto: José Vázquez | El Sol de La Laguna


¿Cómo te sientes hoy en día?

- Me canso mucho, me tiemblan las rodillas para ponerme de pie. Van varias caídas que me ha dado.

¿Cuál es tu recuerdo final de Santos Laguna?

- Muchos sentimientos encontrados, mucha tristeza, porque me dejaron solo ex jugadores, ex directivos y amigos. Se acabó el dinero y terminó la amistad.

Lo que más le entristece es la soledad. Sus tres hermanos (Juan, Francisco y Margarita) ya fallecieron.

¿Pensaste alguna vez en casarte?

- Sí, tuve una novia, Dominga Ávila, ella era huérfana de padre y tenía nada más dos hermanos, los cuales fallecieron jóvenes, por lo que se dedicó a cuidar a su mamá. Nuestro noviazgo duró cinco años y no se dio el matrimonio porqué ella cuidaba a su mamá y yo estaba a cargo de la mía.

¿Finalmente, qué esperas de la vida?

- Que Dios me dé licencia para seguir luchando a pesar de mis limitaciones. Las visitas de ustedes me dan fuerzas para seguir viviendo.

- ¡Estoy en calma, estoy en paz con Dios y con la gente!

La entrevista concluye al caer el atardecer, han transcurrido dos horas desde que iniciamos. Simón González se pone de pie como puede y “a tientas’’, agarrado de un mueble de madera que le sirve de guía entra a su casa. La puerta se cierra y queda una interrogante ¿Cuánto tiempo podrá sobrevivir en estas condiciones?

La respuesta la tienen familiares, amigos, ex directivos y ex jugadores de Santos Laguna para ir al rescate del gran Guerrero Olvidado.