Grandes padres en el deporte lagunero

Desde luchadores hasta toreros, padres han heredado sus pasiones a su descendencia

Lauro Villegas | Noticias de El Sol de La Laguna

  · sábado 20 de junio de 2020

Arturo Gilio y Manuel González destacan al ser padres que han heredado pasiones por sus respectivos deportes a sus hijos | Archivo  | Archivo 

Torreón, Coahuila. – Es bien sabido que La Laguna es una tierra que ha dado grandes figuras deportivas en nuestro país, pues cuenta con una vasta cantidad de deportes que se practican en la región, desde beisbolistas, futbolistas, pero sobre todo La Laguna ha destacado en deportes como box, lucha libre y los toros, en donde ha formado grandes dinastías deportivas que han trascendido con sus dotes y talentos a niveles internacionales.

Uno de los deportes de arraigo en la región, es sin duda la lucha libre, en donde se está bien representados por grandes figuras que han conquistado cuadriláteros en una gran cantidad de países.

En el deporte de las llaves y candados destacan dos figuras en donde la figura paterna el líder de la familia, ha inculcado la pasión y amor por el deporte y una vida sana en sus pupilos; Doctor Wagner, Último Guerrero y Stuka, entre la principal baraja de familias luchísticas con las que se cuenta en toda La Laguna.

Si bien es cierto que Manuel González nació el 13 de abril de 1936 en Zacatecas, la familia González se trasladó a Torreón, Coahuila y rápido se adaptaron a la región en donde comenzó a dar pasos en el deporte profesional bajo instrucción de Roy Velasco, en tanto que combinaba sus entrenamientos con una vida de trabajo duro ejemplo de esfuerzo y perseverancia. Manuel González se casó con Magdalena Barrón y juntos tuvieron tres hijos, Oscar, César (Silver King) y Juan Manuel (Dr. Wagner, Jr.), estos últimos quienes siguieron sus pasos en los encordados y han heredado la pasión, volviendo a la lucha en su familia en un deporte de generación en generación.

Cambiando de deporte, un espectáculo que gana reflectores en la región, son las corridas de toros, un deporte que sin duda alguna por mucho años fue del gran agrado por los laguneros, a tal escala de tener uno de los recintos taurinos más grandes en capacidad, en donde grandes leyendas pasaron con capote y faena por el coloso de la colonia Moderna.

Una de las familias taurinas que hasta persisten en el ambiente de la tauromaquia, es sin duda la de Arturo Gilio, quienes han conquistado con sus valientes actuaciones a cientos de amantes de la fiesta brava.

Arturo Gilo Hamdan nació un 2º de julio de 1970 y desde su lozanía dio grandes destellos como banderillero y grandes dotes con el manejo del capote, lo que lo llevó a comenzar una carrera como novillero que inició el 7 de septiembre de 1986, para después de certeros triunfos y de recorrer varias plazas, su alternativa llegó el 5 de febrero de 1992, durante la corrida del 40° aniversario de la Plaza México, su padrino fue Roberto Domínguez y el testigo Jorge Gutiérrez.2 Al no conseguir el éxito con los toros del encierro regular, decidió regalar un toro. A este astado, de nombre Genovés, le hizo una gran faena, fue premiado con las dos orejas y el rabo.

Su carrera como matador sólo duró 7 años, toreó alrededor de 230 corridas logrando cortar 187 orejas y 8 rabos. Durante su trayectoria taurina sufrió once cornadas. Se retiró el 20 de noviembre de 1999 en la plaza de Torreón alternando con Manolo Mejía y Federico Pizarro, sin embargo su nombre aún persiste al convertirse en un respetable y admirado empresario taurino y el oficio valiente de la tauromaquia persiste gracias a que su legado continúa bajo las artes y los dotes de Arturo Gilio Jr. Quién desde hace año viene escribiendo su nombre en letras de oro tanto en tierras aztecas como territorio de la madre patria, dando muestra de como las pasiones se heredan y pueden convertirse en las mejores herencias en vida que los hijos pueden recibir de sus padres además del amor, respeto y cariño.