Lerdo, Durango. – Día de entrenamiento. Después de una larga jornada laboral, Ilse Karina Luna Vargas se quita el uniforme de médico sustituyéndolo por el del equipo de Futbol Americano al que pertenece y se dirige a la Universidad Autónoma de Durango (UAD) para reunirse con el resto de sus compañeras. Pero no va sola, pues en la parte trasera del vehículo la acompaña su único hijo: Raúl Alejandro Soto Luna, de tan solo tres años de edad.
Con casco en mano y el apoyo de Raúl, la lerdense de 31 años de edad se prepara para entrar a ‘la parrilla’ y comenzar con la práctica figurando como ‘center’ o ‘centro’ en este deporte, con el cual, asegura, se identifica por la rudeza y fuerza con la que afronta su día a día. Incluso, no dudo en señalar que se siente poderosa jugando, algo por lo que se ha mantenido durante mucho tiempo en esta exigente disciplina en la que ahora presume a su hijo como el mejor compañero.
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Siempre me han gustado los deportes. Empecé a los 14 con el Futbol Soccer y a los 24 me invitaron jugar Futbol Americano y me enamoró porque requiere de mucho coraje, fuerza y resistencia.
"Además, soy médico y tengo que tomar decisiones frías, no mezclando sentimientos. Por esto creo que hay algo relacionado y creo que encajo bastante bien. Un tiempo entrené box pero no era para mí, ese sí era demasiado agresivo”, mencionó Ilse entre risas recordando que desde niña salía a jugar con los niños luego de terminar sus horarios de clases".
Si bien es cierto que dentro de sus dos pasiones, tanto su carrera profesional como deportiva, Ilse Karina mantiene un carácter firme, su tercer y más importante rol la obliga a ser menos estricta mostrando su lado más sentimental y ‘dulce’: la maternidad, misma a la que define con la palabra paciencia pero al mismo tiempo como la más grande alegría y para lo cual ha tenido que encontrar un equilibrio, haciéndolo posible gracias al apoyo de su esposo, madre, suegra y amigos, recordando que es hija única y estos últimos significan mucho en su vida.
“No me comporto de la misma manera con mis pacientes, con mis compañeras o mi hijo. Soy estricta con mi niño porque quiero que él tenga un carácter fuerte y eso no me quita el amor que le tengo. Me gusta verlo crecer, jugar, que le gusten cosas que me gustan a mí. Me gana verlo sonreír, me llena de amor y se me olvida todo. He encontrado el equilibrio entre ser mamá, médico y deportista. Afortunadamente siempre hay gente que nos apoya y para mi es súper incondicional el apoyo de mi familia, yo no podría hacer todo lo que me gusta”.
En ese sentido, la médico explicó que anteriormente era casi imposible que en los entrenamientos les permitieran acceder con acompañantes, algo que les impedía a varias jugadoras asistir a los entrenamientos pues tenían que optar por quedarse en casa cuidando a sus hijos. Sin embargo eso cambió y actualmente, en el caso de Ilse, es su mamá quien acude con Raúl para alentarla desde las gradas.
“En cuanto a horarios nos comprenden mucho. Antes eran estrictos pero ahora ya entienden que nuestros hijos son prioridad. A veces en los entrenamientos mi mamá viene para cuidar a Raúl. En el equipo somos varias mamás y nos damos consejos, es el apoyo que nos brindamos y somos comprensivas con las que ya eran mamás antes que nosotras”.
Para Ilse no hay nada más importante que la familia y es un pilar que no se debe descuidar, ya que mencionó que siempre será bueno hacer lo que te apasiona pero todo debe ser con base en equilibrio y aceptando el apoyo de quienes le rodean para lograr el éxito deseado: “Hay tiempo para todo, mujeres. Pero la prioridad siempre será mi familia y mi hijo. Es bueno seguir lo que te gusta, lo que amas, pero siempre va a estar la familia primero. Si logras encontrar apoyo, un equilibrio, perfecto”, dijo mientras posaba para la foto con su pequeño Raúl.