El cielo del TSM se nubló y lo encendieron los aficionados consus celulares.
El juego de Ida celebrado la noche de este jueves en elTerritorio Santos Modelo, correspondiente a la final del TorneoClausura del futbol mexicano, bien puede calificarse de“tenebroso”, pues mientras el cielo lagunero se ensombreció enel minuto 52 con el gol del colombiano Luis Enrique Quiñones queperforó la portería de Jonathan Orozco, la llama de la esperanza,de la bondad, fue encendida por los 29 mil 215 espectadores quienescon sus pantallas de celulares, iluminaron el alma, el corazón yel complejo deportivo, pues Julio Furch, apenas 2 minutos antes deconcluir el partido, dio la remontada para poner el marcador 2goles por 1 para que el bien triunfara sobre el mal, para que losSantos se engrandecieran y cual San Miguel Arcángel, poner el piesobre unos Diablos que se vieron desesperados.
[caption id="attachment_335651" align="alignnone" width="600"]El infierno se apoderó del estadio y con tremendas sacudidas,provocó desperfectos eléctricos en la torre norte del campo dejuego.[/caption]
La sexta final santista jugada esta noche en el estadio Corona,de 11 que ha enfrentado en su historia de 35 años, comenzódifícil para los muchachos Robert Dante Siboldi quienes durantelos primeros minutos se vieron rebasados por los diablos rojos delToluca que siempre fueron hacia adelante intentando en todo momentoganar el partido, hasta el minuto 52 en que el colombiano LuisEnrique Quiñones aprovechó un error de la defensa albiverde,enfrenta sólo al aquero lagunero y anota el primer tanto delpartido.
Literalmente el cielo lagunero se oscureció, la noche habíacaído y con ella las sombras del mal parecían imponerse sobre unaafición que apoyaba en todo momento a sus Guerreros, incluso elcantante y actor lagunero Oscar Daniel Hernández Rodríguezapodado “Pablo Montero”, luego de cantar el Himno Nacional y enel intermedio con la melodía de “Cielito Lindo” y lanzando susombrero de charro entre los asistentes al TSM, no lograba levantarlos ánimos, pareciera, como dice la canción de Pedro Infante, quellovería desde la inmensidad del cielo lagunero y sólo en elestadio, un chubasco que terminaría con las esperanzas futbolerasde los metropolitanos.
Pero no fue así, se “rebobinó el casete” como en laspelículas antiguas adecuadas a las 14 historias novelescas de“Pablo Montero” y la historia comenzó a reescribirse. En elminuto 70 Djaniny Tavares recibe un pase largo y con arguciaspropias del balompié se desmarca de la defensa y engalla a AlfredoTalavera, mete el gol del empate, la afición se enardece, el biencomienza a ganar terreno y se confunde, agreden entonces a ladirectiva toluqueña situación que provocó desde ese momento, ladesesperación de unos diablos que perdieron su cola y cayeron sino fácilmente, sí con una dignidad propia del maligno.
El círculo se cerró en el minuto 88 cuando Julio Furch recibepase al centro de Brian Lozano y apuradamente mete el gol de ladiferencia. El infierno se apoderó del estadio Corona y contremendas sacudidas, provocó desperfectos eléctricos en la torrenorte del campo de juego, esperando con ello la culminación delencuentro, los Santos elevaron a todos sus ángeles y con celularesen mano, hicieron resplandecer la superficie aureal del terreno dejuego para darse cuenta, que en esos momentos, los Diablos delToluca habían sido derrotados y quedar en espera sólo, de volvera intentar la hombrada ahora en su territorio, en el “infierno”en que se convertirá el Nemesio Diez la noche del domingo 20 demayo, fecha en que deberá concluir el futbol mexicano.