/ viernes 5 de julio de 2019

Severa crisis en la LMB

Pepe Maiz contra Javier Salinas

Torreón, Coahuila. - De cara a su temporada 2015, la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) abrió por vez primera sus puertas a los jugadores mexicanos nacidos en los Estados Unidos, aunque cada equipo sólo podía tener un jugador en estas condiciones, sin ocupar plaza de extranjero; si dicho elemento era dado de baja, ya no había posibilidades de contratar otro méxicoestadounidense. Los directivos de la vieja guardia que aún mantenían el control del nonagenario circuito, empezaban a ceder, ya que esos jugadores siempre fueron considerados extranjeros.

Para la temporada 2016 los nuevos directivos empezaron a tomar fuerza, encabezados por Alberto Uribe (Toros de Tijuana), Gerardo Benavides (Acereros del Norte y Pericos de Puebla), Juan José Arellano (Leones de Yucatán y Unión Laguna) y José Antonio Mansur (Rojos del Águila de Veracruz), este último es el único que no utiliza recursos propios para la operación de “sus equipos”. Hoy la franquicia del Puerto Jarocho está en Laredo y Nuevo Laredo, con el mismo directivo al frente, y similares condiciones en el manejo de la organización.

CÓMO ESTALLÓ LA CRÍSIS EN LA LMB

La nueva camada de directivos de la liga había impuesto su ley, por lo que la temporada 2016 se jugó sin restricciones para los jugadores conocidos como “pochos”, la mayoría de ellos logró contratos muy ventajosos en dólares y sin el pago de impuestos; algunos de esos elementos llegaron a México con vicios de años atrás y lógicamente varios jóvenes mexicanos resultaron contaminados; directivos como José Maiz y Roberto Magdaleno (Sultanes), Carlos Peralta y Cuauhtémoc Rodríguez (Tigres) y Alfredo Harp Helú (Guerreros de Oaxaca y Diablos Rojos del México) buscaron limitar el número de refuerzos méxicoestadounidenses, y ese fue el detonante que generó una de las peores crisis en la historia de la LMB.

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El 27 de septiembre de 2006 se celebró una asamblea de la LMB y los directivos de la “vieja guardia” pidieron que se tratara el tema de los “pochos”, como no hubo el 80 por ciento a favor de esa petición, la mayoría optó por no tocar ese tema, lo que provocó que Harp, Peralta y Maiz abandonaran la asamblea, Virgilio Ruiz, de los Delfines de Ciudad del Carmen se unió a la causa. Parecía que los directivos estaban decididos a dejar la LMB, sin embargo, muy pronto aclararon que dejaban la asamblea, pero no la liga. Fue así como prevaleció el acuerdo tomado en 2015, y los “pochos” podían jugar en esta liga sin restricción alguna.

Este tema fue llevado hasta Pat O´Connor, y el titular de Minor League Baseball decidió que esos jugadores eran mexicanos, con los mismos derechos y obligaciones de los nacidos en México, por lo que el reglamento en ese tema no sufrió modificaciones. Fue así como José Maiz dejaba de ser presidente del Consejo Directivo de la LMB, los nuevos directivos nombraron un consejo con José Antonio Mansur Galán al frente, acompañado de Alberto Uribe, Gerardo Benavides y José Eustasio Álvarez, presidente de los Rieleros de Aguascalientes. Ya al sentirse vencedores en la batalla, los nuevos directivos proclamaron a los cuatro vientos que la LMB podía seguir sin la presencia del grupo opositor, al que Pat O´Connor aparentemente había dado la espalda.

Monterrey fue sede de la siguiente asamblea de LMB, a la que asistieron Diablos Rojos del México, Guerreros de Oaxaca, Tigres y Sultanes; Juan José Arellano cuestionó a Plinio Escalante sobre la presencia de esos directivos, por lo que quedaban bien definidos los dos bandos, el de la “Vieja Guardia” con ocho equipos, y el de los nuevos directivos, con siete, ya que en ese momento Broncos de Reynosa no tenía voz ni voto, por el desorden administrativo que enseñaba. En el grupo de los siete quedaron: Yucatán, Unión Laguna, Tijuana, Monclova, Puebla, Aguascalientes y Veracruz.

Cuauhtémoc “Chito” Rodríguez, directivo de gran experiencia en la LMB, dijo que los méxicoestadounidenses sólo vienen por el dinero, ya que en ninguna liga menor de los Estados Unidos ganan lo que se paga en México: “aquí vienen y lo mínimo que aceptan son 5 mil dólares; la temporada anterior Puebla participó con 17 jugadores no nacidos en México, mientras que Tijuana lo hizo con 19; no es posible que se corte el desarrollo de jóvenes nacidos en México, por contratar jugadores que son desecho del beisbol de Estados Unidos”.

LA VENTA DE JUGADORES DE LMB A LIGAS MAYORES

Ahora el problema sigue vigente, y el protagonista principal es Javier Salinas, titular de la LMB, ya que hace tiempo se firmó un convenio mediante el cual los equipos de jugadores vendidos al beisbol de MLB recibirían el 100 por ciento del importe de la venta, mientras que para los equipos habría una compensación del 35 por ciento; al respecto Pepe Maiz comentó: “yo estuve en Nueva York para la negociación de este contrato, ellos querían pagarnos sólo el 25 por ciento del total de la venta y yo luché ara que fuera el 35 por ciento, y se llegó a ese acuerdo; ahora veo que las condiciones del contrato que se firmó son muy diferentes a las que habíamos acordado”.

El presidente de los Sultanes de Monterrey dijo no estar dispuesto a invertir en el desarrollo de jugadores para regalarlos a las organizaciones de ligas mayores: “no se me hace justo porque nosotros invertimos mucho dinero en el desarrollo, hay algunos equipos que no lo hacen, pero menos lo van a hacer si no se recibe nada por la venta de los jugadores, aquí alguien está mal, porque las condiciones del contrato que se firmó no corresponden a las que acordamos en Nueva York”. Sin mencionar nombres el presidente de los Sultanes se refirió a Javier Salinas y dijo que el o los culpables de esta anomalía tendrían que pagarla.

Torreón, Coahuila. - De cara a su temporada 2015, la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) abrió por vez primera sus puertas a los jugadores mexicanos nacidos en los Estados Unidos, aunque cada equipo sólo podía tener un jugador en estas condiciones, sin ocupar plaza de extranjero; si dicho elemento era dado de baja, ya no había posibilidades de contratar otro méxicoestadounidense. Los directivos de la vieja guardia que aún mantenían el control del nonagenario circuito, empezaban a ceder, ya que esos jugadores siempre fueron considerados extranjeros.

Para la temporada 2016 los nuevos directivos empezaron a tomar fuerza, encabezados por Alberto Uribe (Toros de Tijuana), Gerardo Benavides (Acereros del Norte y Pericos de Puebla), Juan José Arellano (Leones de Yucatán y Unión Laguna) y José Antonio Mansur (Rojos del Águila de Veracruz), este último es el único que no utiliza recursos propios para la operación de “sus equipos”. Hoy la franquicia del Puerto Jarocho está en Laredo y Nuevo Laredo, con el mismo directivo al frente, y similares condiciones en el manejo de la organización.

CÓMO ESTALLÓ LA CRÍSIS EN LA LMB

La nueva camada de directivos de la liga había impuesto su ley, por lo que la temporada 2016 se jugó sin restricciones para los jugadores conocidos como “pochos”, la mayoría de ellos logró contratos muy ventajosos en dólares y sin el pago de impuestos; algunos de esos elementos llegaron a México con vicios de años atrás y lógicamente varios jóvenes mexicanos resultaron contaminados; directivos como José Maiz y Roberto Magdaleno (Sultanes), Carlos Peralta y Cuauhtémoc Rodríguez (Tigres) y Alfredo Harp Helú (Guerreros de Oaxaca y Diablos Rojos del México) buscaron limitar el número de refuerzos méxicoestadounidenses, y ese fue el detonante que generó una de las peores crisis en la historia de la LMB.

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Este tema fue llevado hasta Pat O´Connor, y el titular de Minor League Baseball decidió que esos jugadores eran mexicanos, con los mismos derechos y obligaciones de los nacidos en México, por lo que el reglamento en ese tema no sufrió modificaciones. Fue así como José Maiz dejaba de ser presidente del Consejo Directivo de la LMB, los nuevos directivos nombraron un consejo con José Antonio Mansur Galán al frente, acompañado de Alberto Uribe, Gerardo Benavides y José Eustasio Álvarez, presidente de los Rieleros de Aguascalientes. Ya al sentirse vencedores en la batalla, los nuevos directivos proclamaron a los cuatro vientos que la LMB podía seguir sin la presencia del grupo opositor, al que Pat O´Connor aparentemente había dado la espalda.

Monterrey fue sede de la siguiente asamblea de LMB, a la que asistieron Diablos Rojos del México, Guerreros de Oaxaca, Tigres y Sultanes; Juan José Arellano cuestionó a Plinio Escalante sobre la presencia de esos directivos, por lo que quedaban bien definidos los dos bandos, el de la “Vieja Guardia” con ocho equipos, y el de los nuevos directivos, con siete, ya que en ese momento Broncos de Reynosa no tenía voz ni voto, por el desorden administrativo que enseñaba. En el grupo de los siete quedaron: Yucatán, Unión Laguna, Tijuana, Monclova, Puebla, Aguascalientes y Veracruz.

Cuauhtémoc “Chito” Rodríguez, directivo de gran experiencia en la LMB, dijo que los méxicoestadounidenses sólo vienen por el dinero, ya que en ninguna liga menor de los Estados Unidos ganan lo que se paga en México: “aquí vienen y lo mínimo que aceptan son 5 mil dólares; la temporada anterior Puebla participó con 17 jugadores no nacidos en México, mientras que Tijuana lo hizo con 19; no es posible que se corte el desarrollo de jóvenes nacidos en México, por contratar jugadores que son desecho del beisbol de Estados Unidos”.

LA VENTA DE JUGADORES DE LMB A LIGAS MAYORES

Ahora el problema sigue vigente, y el protagonista principal es Javier Salinas, titular de la LMB, ya que hace tiempo se firmó un convenio mediante el cual los equipos de jugadores vendidos al beisbol de MLB recibirían el 100 por ciento del importe de la venta, mientras que para los equipos habría una compensación del 35 por ciento; al respecto Pepe Maiz comentó: “yo estuve en Nueva York para la negociación de este contrato, ellos querían pagarnos sólo el 25 por ciento del total de la venta y yo luché ara que fuera el 35 por ciento, y se llegó a ese acuerdo; ahora veo que las condiciones del contrato que se firmó son muy diferentes a las que habíamos acordado”.

El presidente de los Sultanes de Monterrey dijo no estar dispuesto a invertir en el desarrollo de jugadores para regalarlos a las organizaciones de ligas mayores: “no se me hace justo porque nosotros invertimos mucho dinero en el desarrollo, hay algunos equipos que no lo hacen, pero menos lo van a hacer si no se recibe nada por la venta de los jugadores, aquí alguien está mal, porque las condiciones del contrato que se firmó no corresponden a las que acordamos en Nueva York”. Sin mencionar nombres el presidente de los Sultanes se refirió a Javier Salinas y dijo que el o los culpables de esta anomalía tendrían que pagarla.

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