Lerdo, Durango.- Emilio Silvera cortó la única oreja en el festejo novilleril de este sábado en la Plaza de Toros de Ciudad Lerdo; el sevillano tejió una faena llena de temple y mató de una estocada a “Altruista”, el tercero de la tarde. En cuanto a Enrique de Ayala, lo mejor fueron dos Manoletinas que ejecutó en la lidia a “Sonrisa Azul”; el picador de Aguascalientes, conocido como “El Ruso” hizo un trabajo excepcional con “Qué Calor”, último de la tarde, y abandonó el ruedo entre una gran ovación.
Vestido de azul cielo y oro, el joven español de 22 años logró conectar con el público que hizo una regular entrada en Sombra, mientras que el coso reunió a unos cincuenta aficionados en Sol. Silvera manejó con mucha clase el capote. Después de brindar al matador en retiro, Arturo Gilio Handam, dibujó una muy talentosa tanda de derechazos, bien rematados con el Martinete. Al cambiar de mano se acomodó con el novillo y ejecutó muy buenos naturales, que remató con el de pecho.
En el momento justo Silvera se perfiló para matar y al primer intento metió la espada hasta la cruz, con lo que el astado pronto dobló junto a las tablas, para hacerse merecedor a una oreja, ante el reconocimiento del respetable. Con prestancia dio la vuelta al ruedo para dirigirse al centro del redondel y agradecer al público que reconoció su buen quehacer taurino. En el primero de la tarde, de nombre “Periodista” y con 435 kilos, el sevillano estuvo muy voluntarioso, pero el novillo no se portó a la altura, además que apareció el viento. Intentó por ambos costados sin encontrar respuesta, al tercer intento mató de estocada completa y luego de resistirse, el novillo dobló.
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ENRIQUE DE AYALA, BLANCO Y ORO
Con “Sonrisa Azul” el segundo de la tarde, el joven de Celaya, Guanajuato, enseñó muy buenas hechuras con el capote; después de un incompleto tercio de banderillas brindó al público, pero el novillo de difícil e irregular embestida impidió el lucimiento, a pesar de enseñar voluntad. A pesar de las condiciones adversas, de Ayala se sacó un par de Manoletinas bien rematadas, que arrancaron el aplauso del público. Con el último de la tarde “Qué Calor” de 475 kilos, estuvo voluntarioso, pero no encontró las condiciones para el lucimiento y mató de media estocada. Aquí lo relevante corrió a cargo del “Ruso”, picador de Aguascalientes, que manejó la vara de excelente manera, en dos embestidas muy fuertes que hizo el astado.
Así fue este festejo taurino, a beneficio de la Fundación Sonrisa Azul, dedicada a atender a pequeños que padecen de autismo. La asistencia del respetable no se dio en la cantidad que se esperaba, y las actividades de la colecta finalizaron más tarde, con una cena de gala y subasta de artículos de interés, en las instalaciones del Parque España, de Torreón.