El pasado lunes, autoridades estadounidenses confirmaron un incidente extraordinario en el cielo de Oregon, donde la puerta de un avión Boeing 737-9 Max de Alaska Airlines se desprendió en pleno vuelo durante el fin de semana, culminando su inusual trayectoria al ser hallada en el patio de la casa de un profesor en Portland, la ciudad de origen de la aeronave.
El desconcertante descubrimiento fue reportado por el mismo profesor, quien alertó a las autoridades sobre la presencia de la puerta en su propiedad. Jennifer Homendy, presidenta de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, confirmó el hallazgo y subrayó la relevancia del incidente.
La aeronave, que despegó a las 5:07 pm del pasado viernes con destino a Ontario, California, enfrentó la emergencia cuando alcanzaba los 16 mil pies de altura, tan solo 20 minutos después de haber despegado. A pesar del inusual incidente, se informó que los 171 pasajeros a bordo no resultaron heridos, y no se registraron víctimas mortales.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte ha iniciado una investigación exhaustiva para determinar las causas del desprendimiento de la puerta y para evaluar la seguridad de la flota Boeing 737-9 Max. Este incidente resalta la importancia de garantizar la seguridad en la aviación y los procesos de mantenimiento.
Un detalle peculiar que acompaña este suceso es el hallazgo de un celular en una carretera, presumiblemente eyectado desde la aeronave durante la emergencia. Sean Bytes, quien encontró el dispositivo, informó que el iPhone estaba en modo avión, con media batería y mostraba un reclamo de equipaje para Alaska Airlines. A pesar de la caída desde 16 mil pies, el celular permaneció intacto, asombrando a quienes siguieron de cerca este insólito episodio.
Las autoridades continúan recolectando información sobre este evento excepcional, subrayando la importancia de reforzar los protocolos de seguridad en la aviación y la continua supervisión de los procesos de mantenimiento de las flotas aéreas.