Hay muchos chistes alrededor de que entre norteños existe la costumbre de casarse entre primos. Y aunque en estados como Tamaulipas el código civil no prohíbe esta clase de uniones, hay toda una serie de razones científicas que exponen porqué relacionarse con un primo es una mala idea.
Los mayores riesgos se presentan en el momento que se decide tener un bebé, ya que es muy probable que se presenten problemas genéticos.
ALTO RIESGO DE MALES HEREDITARIOS
De acuerdo al Instituto Bernabeu de Medicina Rep roductiva, de España, la consanguinidad -es decir, el vínculo de personas que descienden de una a otra por generación carnal- aumenta las posibilidades de transmitir a los hijos entre parientes cierto tipo de enfermedades hereditarias.
"Existe un grupo de enfermedades genéticas que poseen un tipo de herencia denominado autosómico recesivo. En nuestro genoma tenemos dos copias de cada gen, una heredada de nuestro padre y otra de nuestra madre. Las enfermedades autosómicas recesivas para manifestarse precisan que las dos copias del gen estén mutadas".
Muchas personas son portadoras de un gen con alguna condición que probablemente nunca se manifieste. Sin embargo, el instituto indica que si tenemos un hijo con una persona que también porta ese gen, las probabilidades que desarrolle una enfermedad que podría causarle la muerte son altas.
Por otra parte, a medida que la consanguinidad es menor, como es el caso con los primos, el riesgo de que se manifieste un mal hereditario disminuye, "aunque sería superior a la de la población general".
MAYOR PROPENSIÓN A LA ANSIEDAD Y DEPRESIÓN
En un artículo publicado en 2018, la doctora Aideen Maguire sostiene que los niños nacidos de padres que son primos tienen un riesgo significativo de desarrollar un trastorno del estado de ánimo, como depresión o ansiedad, cuando crezcan.
De acuerdo a su investigación, en el caso de los adultos cuyos padres son primos hermanos, el riesgo es el triple que el de las personas cuyos padres no están emparentados. Además, el riesgo de padecer trastornos del estado de ánimo también es significativamente mayor entre los hijos de los primos segundos.
Los resultados se basaron en un análisis a casi 364 mil personas nacidas en Irlanda del Norte entre 1971 y 1986. Donde el 9% de los hijos de primos hermanos habían recibido medicamentos antipsicóticos, en comparación con aproximadamente el 4% de los hijos de primos segundos y alrededor del 3% de los hijos no emparentados.