Las innovaciones tecnológicas nos muestran cada vez más datos sobre el espacio, lo que conocemos sobre los agujeros negros va cambiando gracias a los telescopios más avanzados en el mundo como el Hubble, el cual hizo un descubrimiento reciente que sorprendió a los investigadores: un agujero negro que en lugar de engullir estrellas, crea nuevas.
Un informe publicado en la página oficial de la NASA menciona que el agujero negro se encuentra a 30 millones de años luz en la constelación austral de Pyxis y está contribuyendo a la tormenta de fuego que permite la formación de nuevas estrellas.
Amy Reines, investigadora principal de este estudio, la captura más reciente de la galaxia tomada por el Hubble muestra que el agujero negro da luz a nuevas estrellas y tiene una ‘conexión’ con una región vecina de formación estelar ubicada a 230 años luz de distancia.
El vínculo actúa como un flujo de salida para las emisiones del agujero negro, como si se tratara del agua que sale de una manguera. Según el informe hace varios millones de años la salida de gas caliente que se movía 1.6 millones de kilómetros por hora, se estrelló con una densa nube de un vivero estelar y la extendió, alineando los cúmulos de estrellas en dirección al flujo y relevando su propagación.
El material que cae al agujero negro es arrastrado por los campos magnéticos, formando chorros de plasma, las nubes de gas atrapadas en el camino se calientan más allá de su capacidad para enfriarse y formar estrellas.
Sin embargo, el agujero Henize 2-10 es menos masivo y su salida más suave, el gas se comprimió lo suficiente para precipitar la formación de nuevas estrellas.
Los resultados de esta investigación pueden ayudar a que los trabajos posteriores se enfoquen más en analizar agujeros negros en galaxias enanas, para obtener más información sobre cómo se forman los agujeros negros supermasivos del universo primitivo.