La ciencia y la curiosidad se unen para arrojar luz sobre uno de los enigmas más antiguos del cielo nocturno: el parpadeo de las estrellas. La NASA, en su incansable búsqueda de comprender los secretos del universo, ofrece una explicación convincente sobre este fenómeno que ha desconcertado a la humanidad a lo largo de los siglos.
Contrario a la percepción común de que las estrellas parpadean, la NASA revela que este espectáculo es una consecuencia directa de la interacción entre la luz estelar y las complejidades de la atmósfera terrestre. La composición de la atmósfera, con sus diferentes capas de gases y partículas a diversas temperaturas y presiones, desempeña un papel crucial en este fascinante baile cósmico.
Las estrellas, como gigantes reactores nucleares, emiten luz como resultado de la fusión de helio en su núcleo. Cuando esta luz atraviesa las capas atmosféricas de la Tierra, se encuentra con variaciones en la densidad del aire, provocando distorsiones visuales. National Geographic destaca que las fluctuaciones de temperatura y la densidad del viento influyen en la trayectoria de la luz estelar, creando una ilusión de parpadeo.
Además, las fluctuaciones de presión y temperatura pueden desviar la trayectoria de los fotones estelares, causando breves intervalos de oscuridad. Es en estos momentos que percibimos el parpadeo, ya que los fotones desviados no son accesibles para el ojo humano.
La NASA enfatiza que, a pesar de esta aparente intermitencia, las estrellas nunca dejan de emitir luz. Los cambios en las condiciones atmosféricas, como alteraciones en la presión y temperatura, continúan influenciando la trayectoria de la luz estelar, ofreciendo un fascinante juego de luces en el vasto lienzo del cielo nocturno.