Las fobias son miedos incontrolables a algo, que puede ir de lo más general (como el miedo a la oscuridad) hasta en cosas más específicos (como la fobia al número 666). Sin embargo, existen otros ejemplos que se dan en muy pocos casos y llegan a ser hasta injustificadas, como la Aibofobia u otras que suceden en el área lingüística. A continuación te explicamos esta y otras fobias reales que son de lo más extrañas.
Qué es la Aibofobia
La Aibofobia es el miedo enfermizo a los palíndromos. Los psiquiatras, que han acuñado nombres griegos para todas las fobias habidas y por haber, lo curioso es que, esta palabra, es en sí misma un palíndromo de nueve letras (o de once, si lo escribimos en lenguas como el inglés o el francés, que mantienen la ph etimológica: aibohphobia).
Qué es y ejemplos de palíndromo
Un palíndromo es toda palabra que si se lee del derecho y del revés, de la misma manera. De izquierda a derecha o derecha a izquierda, por ejemplo, ANILINA, ANA, NADAN. El término palíndromo es a las palabras lo mismo que capicúa a los números.
Otras fobias lingüísticas
- Hipopotomonstrosesquipedaliofobia: es el miedo a las palabras muy largas. Irónicamente, el término que se utiliza es una palabra muy larga de 33 letras.
- La helenologofobia: es un trastorno que se produce al escuchar o pronunciar términos griegos para palabras científicas, es decir, al vocabulario terminológico. Al igual que la fobia a las palabras largas, es común que se produzca por experiencias traumáticas.
- La logofobia o verbofobia, es el miedo a las palabras y, al igual que en los casos anteriores, este miedo extremo puede afectar enormemente a la vida normal de una persona. Las personas que sufren logofobia pueden incluso sufrir desmayos ante determinadas frases o palabras.
- La onomatofobia es un trastorno similar al de la logofobia, ya que se produce al escuchar palabras concretas.
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Existen otro tipo de fobias que no son concretamente lingüísticas, pero que pueden ser mencionadas, como la glosofobia. Este trastorno tiene como consecuencia el miedo a hablar en público, proviene del griego, de ‘glossa’ (es decir, lengua) y fobos (de miedo).