De origen soviético y nacida en 1926, Nina Sergeyevna Kulagina fue una mujer que se volvió popular gracias a que demostró que contaba con poderes psíquicos, especialmente el de la telequinesis.
Con tan solo 14 años tuvo que unirse al Ejército Rojo y adaptarse a la situación, afortunadamente, siempre demostró una inteligencia que la distinguía del resto, y desde entonces afirmaba contar con poderes psíquicos.
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Su propia familia platicaba que Nina era capaz de descifrar lo que otras personas cargaban en sus bolsillos, además de identificar a las personas enfermas y el tipo de padecimiento que atravesaban. De acuerdo a los relatos, fue así que comenzó a trabajar con su don hasta descubrir que podía controlarlo.
Para 1964, cuando se encontraba siendo atendida en un hospital por una crisis nerviosa, el personal médico quedo sorprendido al notar que mientras la joven tejía, tomaba los colores de hilo que deseaba de su cesta sin ver.
A partir de lo anterior, Nina fue puesta a prueba en diversas ocasiones y por diferentes expertos, quienes buscaban comprobar que sus habilidades eran completamente reales.
Uno de los experimentos más famosos de Kulagina ocurrió en 1970 en un laboratorio. Luego de haber estudiado inicialmente la capacidad de mover objetos inanimados, los científicos querían conocer si sus capacidades se extendían a las células, tejidos, y órganos.
El científico Sergeyev, quien se encontraba presente en el estudio, confirmó la dudas de todos cuando Kulagina intentó usar su energía para detener los latidos de una rana flotando en solución. Dijo que se centró intensamente en el corazón y aparentemente lo hizo latir más rápido, luego más lento, finalmente utilizando la intención extrema de su mente, lo detuvo.
Sin embargo, hasta la fecha existe un grupo de escépticos que argumentan que las habilidades de Kulagina podrían ser ejecutadas fácilmente por alguien experimentado en los juegos de manos, a través de hilos ocultos o disfrazados, piezas pequeñas de metal magnético y espejos. ¿Será que tienen razón?