Quizá en algunas ocasiones has podido identificar a alguien ajeno a ti como el o la ‘tóxica’ de una relación; sin embargo, ¿te has puesto a pensar si tú lo eres?
Según varios especialistas, muchas personas pasan por alto el hecho de que pueden volverse nocivas o conflictivas en algún momento o incluso de forma reiterada.
Para entender mejor la definición de una persona ‘tóxica’, debemos comprender que esta es una persona que su comportamiento puede hacer sentir a otros sumamente afectados o dañados, esto debido a una forma negativa de actuar hacia él o ella.
Las relaciones de este tipo, ya sean sentimentales, laborales, profesionales, escolares, familiares o de amistad, según la revista Psychology Today se vuelven así con actitudes como la manipulación, las críticas, los lazos irrespetuosos, mentiras, infidelidades, ‘gaslighting’, control, censura, celos, abuso físico, entre otros.
La forma más ‘sencilla’ de percatarse de lo anterior es analizando si la relación está basada en ideas frágiles, el miedo o el temor, por lo que te ves en la necesidad de mantenerte ‘atado’ a esa persona.
Las personas tóxicas por lo general tienen baja autoestima y buscan ‘vengarse’ ante cualquier comentario que es interpretado de manera negativa; además, las personas tóxicas suelen ser incapaces de comunicar necesidades o son demasiado agresivas.
En las relaciones sanas siempre se deben tener claros los límites entre individuos.