El público en general tiende a ver a los cultos satánicos como un grupo de personas con tendencias sádicas y peligrosas. La realidad es bastante distinta pues actualmente los satanistas modernos suelen ser activistas no violentos, que tratan a satanás no como la encarnación del mal, sino como un símbolo de resistencia arbitraria. Te contamos sobre los mitos y realidades del satanismo.
¿Los templos satánicos están llenos de sangre y sacrificios? La verdad es que no, pero muchas personas imaginan esto cuando piensan en cómo sería parte de un culto satánico. Suelen recordar películas como El bebé de Rosemary, en la cual una mujer cuyos vecinos la engañan para dar a luz ala anticristo.
Si creciste durante la década de los ochentas, es probable que tu juicio sobre estos cultos esté influenciada por casos sumamente conocidos, como el McMartin donde los dueños de una guardería, la familia McMartin, fue acusada de abuso sexual de 360 niños, así como la realización de rituales con sacrificios con animales.
Pese a que en la cultura pop, ninguna de las representaciones retrata con precisión los cultos satánicos o a las personas involucradas en ellos. Diane E. Taub y Lawrence D. Nelson revelan cuan diferente es la perspectiva del público general y un erudito en su artículo ‘Satanism in Contemporary America: Establishment or Underground?”
Si bien ‘los aspectos antisociales y criminales del satanismo han sido el foco de la mayoría de los escritos y medios de comunicación el discurso sociológico generalmente ha representado al satanismo como una religión alternativa inofensiva y respetuosa de la ley”.
La Carmina llegó a la misma conclusión durante su proyecto The Little book of Satanism: A Guide to Satanic History, Culture, and Wisdom, “Los satanistas modernos son no violentos y en su mayor parte no teístas, lo que significa que no creen en la existencia del diablo […] más bien, Satanás, el ángel caído que desafió a Dios, es una metáfora de la rebelión contra la superstición y la autoridad arbitraria”.
¿Qué significa Satanás?
El centro de estos cultos es la figura de satanás, aunque no es aquel que se describe en el Antiguo Testamento, que usa el dolor, engaño y desgracia para probar la piedad de las personas como Job. Tampoco el Satanás del Nuevo Testamento, que aparece para tentar a Cristo y cimentándose como adversario semiautónomo de Dios.
La versión de Satanás usada por las organizaciones es el presentado en el poema épico de John Milton de 1667, Paradise Lost, una de las primeras obras literarias que muestra al Diablo de manera positiva.
El Satán de Milton es un antihéroe carismático que se rebela contra el cielo y lo paga muy caro. El poema sugiere que Lucifer está impulsado no solo por su ansia de poder, sino también por el deseo de no reconocer su propia individualidad, una causa defectuosa aunque comprensiva.
Durante el siglo de las luces se puso en tela de juicio la cosmovisión cristiana, creando también una fascinación por el tradicional adversario. En ese nuevo contexto Satanás pasó no solo a simbolizar el individualismo, sino también la rebelión contra la autoridad arbitraria, incompetente o injusta.
La religión tradicional predica el desinterés y la conformidad, el satanismo defiende la tolerancia y la libertad de expresión. Uno de los inquilinos de la Iglesia de Satanás es "indulgencia en lugar de abstinencia". Esto puede sonar como un abrazo indiscriminado de los deseos carnales, bueno, porque lo es, pero también implica que una persona no debe avergonzarse de su sexualidad
Templo satánico en búsqueda del cambio social
El templo satánico se ha consolidado como un vehículo para el cambio social. En los últimos años, la organización ha sido firme en su apoyo a los derechos reproductivos de las mujeres. Es reconocida como una institución religiosa por el IRS, logrando proteger las libertades de sus seguidores de manera que un grupo activista no secular no podría.
En 2015, el Templo demandó al estado de Missouri ya que consideraban que sus estrictas leyes en contra del aborto violaban las convicciones religiosas de sus miembros. Desde entonces han llevado casos similares en tribunales de Texas, Idaho e Indiana. Además de ser un aliado para la comunidad LGBTQ como en el caso en que un panadero cristiano se negó a realizar un pastel de boda para una pareja gay.