Se trata de uno de los dulces más tradicionales que Francia dio al mundo. Su sabor, aroma, textura lo hace uno de los más elegidos en muchos países fuera de la nación gala. Cada 30 de enero se celebra el Día Internacional del Croissant, a continuación te contamos el origen de este conocido pan.
El croissant, conocido como medialuna en algunos países latinoamericanos, es uno de los dulces más tradicionales en Francia, el cual se expandió a todo el mundo. ¿Cuál es el origen de este pan? Te contamos.
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El origen del Croissant
Pese a lo que se cree, este pan no nació como tal en Francia. De hecho hay varias leyendas sobre el origen de este pan. La más extendida es que el croissant nació como uno de los actos festivos cuando la ciudad de Viena, en Austria, se salvó de la invasión otomana a finales del siglo XVII.
Casi todas las versiones coinciden a la hora de explicar el origen de la pieza de panadería en la Austria del siglo XVII cuando la ciudad de Viena estaba sufriendo el asedio de las tropas otomanas, que en 1683 trataban de ganar terreno al Imperio Romano.
Pero la ciudad estaba rodeada por una muralla que era difícil de salvar. Los otomanos decidieron que la mejor forma de entrar era excavar un túnel que les ayudase a sortear la muralla y adentrarse en la ciudad. Tenían que evitar ser descubiertos así que los soldados trabajaban solo de noche. Justo en el horario en el que también trabajaban los panaderos que fueron quienes descubrieron a los turcos y dieron la voz de alarma. Gracias a los panaderos Viena se salvó.
Para la celebración de esta victoria, los panaderos crearon un bollo que tenía la forma de una luna creciente, la misma que lucía la bandera otomana, como forma de ridiculizar al vencido.
Poco a poco el Croissant logró expandirse por toda Europa. Se cree que llegó a París de la mano de María Antonieta de Austria. Los franceses no solo le dieron su nombre definitivo, sino que también crearon la versión hojaldrada. El término croissant apareció por primera vez en 1863 en el direccionario francés Littré. La primera receta se publicó en 1905.