En el corazón del árido desierto de Mapimí, en el norte de México, habita una pequeña tortuga que ha desarrollado un ingenioso truco para sobrevivir a la extrema sequía. Te contamos todo sobre el Casquito de los Presones, la pequeña tortuga que vive en el desierto lagunero.
- También te puede interesar | ¡Será un verano caluroso! Así puedes proteger a tu lomito del calor
¿Qué es el Casquito de los presones?
El Casquito de los Presones (Kinosternon durangoense) es una especie endémica de México que no mide más de 16 cm de largo. A diferencia de las tortugas de agua dulce que conocemos, esta pequeña criatura ha encontrado un hogar en los humedales temporales y charcas creados por los ganaderos en la región.
Para sobrevivir a la falta de agua y las temperaturas extremas del desierto, el Casquito de los Presones ha desarrollado la habilidad de entrar en un letargo profundo, conocido como estivación en verano e hibernación en invierno. Durante este período, las tortugas excavan madrigueras bajo tierra, donde reducen su metabolismo, ritmo cardíaco, respiración y movimiento al mínimo.
La temporada de letargo del Casquito de los Presones coincide con la época de secas en Mapimí, que se extiende desde la primavera hasta finales del otoño. Cuando las lluvias regresan en invierno y el desierto reverdece, las tortugas emergen de sus escondites listas para alimentarse, reproducirse y disfrutar del breve período de abundancia.
Las tortugas casquito, pertenecientes a la familia Kinosternon, son criaturas con una historia evolutiva que se remonta a más de 210 millones de años. Su capacidad para cerrar casi por completo su caparazón las convierte en una especie única y fascinante. Sin embargo, su futuro está amenazado por la introducción de ganado vacuno, la pérdida y fragmentación de su hábitat, y el cambio climático.
La falta de información sobre la biología y las poblaciones del Casquito de los Presones dificulta su conservación. Es urgente realizar investigaciones científicas y desarrollar estrategias de protección para asegurar la supervivencia de esta especie única y resiliente, un símbolo de la tenacidad de la vida en el árido corazón del desierto de Mapimí.
El Casquito de los Presones nos recuerda la importancia de proteger la biodiversidad, incluso en los ecosistemas más desafiantes como los desiertos. Su presencia en los humedales temporales de Mapimí es un indicador de la salud de estos ecosistemas frágiles y una llamada a la acción para protegerlos de las amenazas que los ponen en riesgo.