Alrededor del mundo comenzaron a circular imágenes del desierto de Atacama, en Chile, en donde se pueden observar montañas de ropa sin usar que ascenderían a las 100 mil toneladas, lo que lo colocaría como uno de los vertederos de ropa más grandes.
El desierto de Atacama se encuentra cerca de la ciudad portuaria de Iquique. Esta zona tiene un beneficio fiscal que exime de impuestos a los productos importados, por lo que es normal que mucha gente se dirija a esa ciudad para compra ropa y más productos a menor precio. Aproximadamente a 20 km de la ciudad se encuentra el basurero de ropa.
Para llegar a este lugar dentro del desierto se debe pasar por la localidad de Alto Hospicio, una zona muy precarizada, con mucha pobreza y migrantes, principalmente venezolano, que llegan.
Dentro de las montañas de ropa se pueden encontrar marcas internacionales de Jeans, zapatillas y demás ropa sin estrenar, aún con la etiqueta de precio adherida.
Según un informe de la agencia AFP, las montañas de ropa están formadas por prendas fabricadas en China y Banglasdesh que llegan a tiendas de EEUU, Europa y Asia. Cuando las prendas no se venden se llevan al puerto de Iquique en Chile para ser revendidas en Latinoamérica.
La agencia descubrió que alrededor de 59 mil toneladas de ropa llegan a chile año con año, de todas, al menos 39 mil toneladas se trasladan a vertederos en el desierto.
¿Qué tan dañina es la industria de la moda?
Según un reporte emitido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la industria de la moda es la segunda más contaminante, ya que la producción textil es responsable del 20% de las aguas residuales globales y del 10% de las emisiones globales de carbono.
Se estima que para fabricar una playera de algodón se necesitan 2700 litros de agua, misma cantidad que toma una persona en dos años y medio, para fabricar un par de jeans se necesitan aproximadamente 8 mil litros de agua. Si a esto le sumamos que el 85% de los textiles fabricados son desechados o incinerados, el problema de la contaminación se incrementa.
‘Fast Fashion’ en México
En 2019 la Procuraduría Federal del Consumidor advirtió que algunas marcas de ropa estaban en la mira del organismo por la calidad de sus prendas, lo que condicionaba que la durabilidad de los productos pasara de años a meses.
“Cada vez la ropa deja de ser funcional antes de lo esperando, causando que se deseche más rápido. Lo anterior, sumado a las tendencias estilísticas que tienen menor vigencia, hacen que el consumidor se vuelva adicto a comprar ropa que deja de servir cada vez más rápido”