En un rincón memorable de la historia futbolística, el 18 de febrero marca un aniversario que resuena con victoria y triunfo. Es la fecha en que el equipo Laguna logró el tan ansiado ascenso a la Primera División Nacional, un logro que se selló con una contundente victoria por 5-0 sobre el equipo Zamora en el Estadio de San Isidro. Hoy recordamos este hito del Laguna gracias a una fotografía compartida en redes sociales con una entrada para uno de aquellos importantes partidos.
Hace más de cinco décadas, el 11 de febrero de 1968, la Ola Verde comenzó este viaje épico al vencer al Zacatepec por 1-0 en el estadio Agustín “Coruco” Díaz de Zacatepec, Morelos. Fue un gol de Gerardo “Pantalones” Lupercio el que encendió la chispa de la esperanza. Raúl “Acapulco” Herrera, testigo de esta hazaña, compartió detalles de la travesía y la presión que enfrentaron en un estadio donde Zacatepec no perdía hacía años.
El técnico Juan Ángel “Pito” Pérez, con astucia, lideró al equipo en un partido que culminó el primer tiempo sin goles. Un cambio de portero y la orden de mantener su estilo de juego llevaron al Laguna a la victoria. El gol decisivo, anotado por Gerardo Lupercio, allanó el camino para la consecución del ascenso.
Este triunfo no solo trajo consigo el pase a la Primera División Nacional, sino también el reconocimiento de una empresa vitivinícola regional, que premió al equipo con 50 mil pesos. La victoria sobre Zacatepec fue la chispa que encendió la llama del éxito, culminando en la gloriosa jornada en el Estadio de San Isidro, donde el Laguna, ocho días después, venció por 5-0 al equipo Zamora.
La ciudad de Torreón no solo fue testigo de la gesta en el campo, sino que se sumó a la celebración en una caravana festiva que recorrió las calles. Este aniversario no solo representa un logro deportivo, sino también el inicio de una nueva era para el futbol en la Comarca Lagunera.
La gesta del Laguna sigue resonando en la memoria colectiva como un recordatorio perdurable de coraje y determinación. En este aniversario, honramos la valentía de aquel equipo que, con cada paso, no solo elevó el estatus del futbol en la región, sino que también allanó el camino para que, un año después, los Diablos Blancos del Torreón también se unieran a la élite de la Primera División Nacional.